J. M. C.

El Partido Socialista y el Partido Popular siguieron ayer con la escalada de descalificaciones mutuas a propósito del asunto de la Casa Malva para acogida de mujeres maltratadas, surgido tras la denuncia de una mujer, afiliada del PP, contra el funcionamiento de dicha institución de acogida, situada en el barrio de Montevil.

Abrieron el fuego desde el PP, en una conferencia de prensa que protagonizaron Pilar Fernández Pardo, senadora, concejala y presidenta local de los populares, y responsables del área de la mujer del PP. Empezó Fernández Pardo pidiendo la dimisión del ministro de Trabajo, el socialista Jesús Caldera, y censurando la postura de la alcaldesa de Gijón por no tomar cartas en el asunto de la denuncia, «por tratarse de una militante del PP, pero que también es voluntaria activa de la Cruz Roja». Las mujeres del PP acusaron al PSOE de querer dar por zanjado el asunto, que, para ellas, en el fondo sólo consiste en que a la denunciante no se le aplicó el principio de «igualdad de todos los españoles» y desde las administraciones públicas no cumplen la ley Integral de Violencia de Género. El PP también asegura que otras mujeres han denunciado situaciones análogas en la Casa Malva.

Pocos minutos después, en la Casa del Pueblo del PSOE, serían Carmen Sanjurjo, secretaria de igualdad de la FSA, y la diputada nacional socialista Mariví Monteserín quienes lanzasen su artillería contra el PP y, especialmente, contra Pilar Fernández Pardo, a quien acusaron de instrumentalizar este asunto para tratar de alcanzar notoriedad política nacional.

«Lo indignante es la escalada política sin parangón, llevando el caso a las más altas instancias del Estado», dijo Sanjurjo, quien tiró a la línea de flotación de los populares al preguntar «si el señor Madiedo ha sido expulsado del PP». Luis Madiedo fue condenado por una falta de vejaciones en la persona de su compañera de partido Cristina Coto. «Sacó la denuncia de contexto para su protagonismo político indecente», acusó Monteserín a Pardo.