No se puede decir que sea un actor vocacional. Su pasión por el cine se remonta a su más tierna infancia, pero su sueño ha sido y es trabajar al otro lado de las cámaras: realizar sus propios cortos y, en un futuro, algún largometraje dando rienda suelta a su creatividad. Pero como el destino es caprichoso, este joven actor gijonés de corazón se ha convertido en una de las grandes promesas del cine español. El próximo 9 de mayo estrenará la que será ya su quinta película, «Casual Day».
-¿Qué puede adelantar de «Casual Day»?
-Habla sobre el mundo de la empresa. Es una comedia «gris» que protagonizo junto a Juan Diego y Luis Tosar. Todo un lujazo, porque trabajo con dos de mis actores preferidos. Habla de la gente que termina de estudiar, no sabe qué hacer con su vida y elige el camino más fácil.
-Es ya su quinta película. ¿Cómo llega a dónde está?
-Estaba en Gijón, había dejado de estudiar y pensé en irme a Madrid y buscarme la vida. Me puse a trabajar y empecé a estudiar teatro. Entonces me surgió la película de «Noviembre», y al final he tenido la suerte de acabar trabajando con muy buenos directores y hacer cinco películas.
-Después de «Noviembre», ¿el resto viene rodado?
-No, la verdad es que no. «Noviembre» fue un gran empujón. A mí me abrió puertas, pero no significa que te salga trabajo. El año pasado hice dos películas seguidas de protagonista y ahora llevo año y medio sin hacer una prueba. Es un trabajo muy inestable. Hace falta tomárselo como un aprendizaje y tener paciencia.
-¿Y es usted paciente?
-Lo llevo como puedo. Es difícil, la verdad, porque cuando trabajas aprendes un montón de cosas y estás deseando mostrarlas. Cuando pasa un tiempo largo y ves que no salen las cosas te planteas, incluso, dejarlo.
-¿Cuántas veces se lo ha planteado?
-Bueno, en realidad me dura un día. Cada cierto tiempo tienes uno de esos días de bajón que dices: «Tenía que haber sido bombero».
-También trabajó como modelo...
-Era muy joven y fue por ganar dinero, pero no es algo que me gustaría destacar. Aprendí que vivir de la imagen es bastante lamentable.
-¿Y cómo le gustaría vivir?
-Me encantaría vivir de contar historias, de expresarme a través del cine y del teatro, tener mi propia compañía teatral y producir mis cortos.
-Asturias se está convirtiendo en plató de rodaje para muchos directores...
-Si yo pudiera rodar mis propios trabajos estoy casi convencido de que iría a Asturias, porque los momentos más bonitos de mi vida o gran parte de ellos han sido allí. Y los más duros, y los primeros amores, y las primeras borracheras, y los primeros conflictos... Aparte de que estoy enamorado de Asturias y estoy todo el tiempo echándola de menos. Es algo que me encantaría.
-Pero no es tierra para dedicarse al cine...
-No, por eso me vine aquí. Pero la vida da muchas vueltas y nadie sabe dónde va a acabar uno. Me encantaría terminar viviendo en Asturias.
-¿Cómo ve la situación del cine en estos momentos?
-Esto no deja de ser un negocio. Cada vez que voy a Gijón veo menos cines y en su lugar hay algún supermercado. Está cambiando todo. Todo son producciones americanas; en toda Asturias debe de haber una o dos películas españolas. Lo veo un negocio bastante hipócrita. Dicen que hay falta de dinero y yo creo que es más falta de criterio y abundancia de tontería. Copiamos lo peor de los americanos. Nos encanta eso de poner alfombritas, y seguridad, y vallas, y crear «star system», cuando lo que hay que hacer es crear buenas películas. Es lo que veo. Forma parte de mi trabajo, pero intento evitarlo bastante, porque hay excesivo paripé.
-¿Qué le preocupa a Javier Ríos?
-Llegar a fin de mes, salir del paso y que mi familia esté bien. Las cosas básicas de la vida. Te diría que el mundo en general, y la globalización, y el cambio climático, pero sería ir de guay y además es evidente.
-¿Cómo se define?
-Inocente y pillo a la vez.
-¿Se puede sobrevivir en el mundo del cine siendo inocente?
-Lo intento. Intento mantener esa inocencia porque si la perdiera sería una pena.
«Cuando trabajé como modelo era muy joven y aprendí que vivir de la imagen es bastante lamentable»
«Me preocupa llegar a fin de mes, salir del paso y que mi familia esté bien; las cosas básicas de la vida»
Javier Ríos Fernández
- Nació en Barcelona el 5 de diciembre de 1981, pero con sólo 4 años se trasladó con su familia a Gijón.
- A los 17 años se fue a Madrid a «buscarse la vida» y terminó protagonizando cuatro largometrajes, compartiendo escena con sus actores preferidos.
- Se declara un enamorado de Asturias, tierra a la que vuelve siempre que puede.
- Le gusta practicar boxeo, jugar a baloncesto, ir al cine y salir con los amigos.
- La película que le hubiera gustado protagonizar es «El Gran Lebowski».