R. V.

El gobierno municipal de Gijón ha tenido que hacer frente a una revisión catastral que llega en pleno arranque de una crisis económica, pero que tocaba por tiempo y forma. No había escapatoria al haberse superado una década sin actualizaciones y tener que adecuarse la realidad de la ciudad al diseño marcado por el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad.

La ponencia de valores, ahora a información pública, fue presentada previamente al Ayuntamiento para su visto bueno. El equipo económico liderado por el concejal Santiago Martínez Argüelles planteó una serie de sugerencias para integrar en esa ponencia de valores. Entre estas sugerencias se encuentra la inclusión de Porceyo, la ZALIA o el Alto del Infanzón entre las zonas catastrales y que en los núcleos rurales se tenga en cuenta la edificabilidad del terreno y no la superficie a la hora de hacer las valoraciones.

Martínez también se comprometió, en el caso del IBI, a aplicar la subida catastral de manera proporcional durante una década y a estudiar desde el equipo de gobierno medidas concretas que faciliten el pago de los impuestos a los vecinos con menores recursos.