Cynthia GARCÍA

«Voy a un colegio de iguales en el que yo soy diferente, y todos los días tengo que demostrar que soy igual». Estas palabras salen de la boca del joven gijonés Yago Antón Pérez Alonso en el documental del que es protagonista, «Yago: pasos cortos, pisadas fuertes», que acaba de estrenarse en la televisión catalana. Se trata de una oportunidad para acercarse a la realidad de la acondroplasia a través de los ojos de un niño. Durante cincuenta minutos, el documental hace un recorrido por la vida de Yago, entre sus 11 y sus 15 años, cuando llevó a cabo sus operaciones de alargamiento de brazos y tibias. Es, además, el primer trabajo audiovisual que refleja todo el proceso de una operación de alargamiento de huesos óseos en pacientes que sufren esta discapacidad.

«Yago: pasos cortos, pisadas fuertes» nace de un cortometraje previo, «Yago», donde la periodista Sandra Camps graba durante quince minutos la primera operación de este niño que hoy tiene ya 16 años. Todo comenzó cuando esta periodista catalana llamó a la Fundación ALPE -de la que Carmen Alonso, madre de Yago, es coordinadora- para pedir información sobre la acondroplasia. Así empezó una relación por correo electrónico y cuando Yago fue a Barcelona a operarse, Camps fue a verlo al hospital. Con el objeto de que la familia lo tuviese de recuerdo, la periodista grabó la operación de tibias, lo que luego se convirtió en ese primer corto, ganador del premio «Tiflus» 2007. «El resultado nos gustó mucho y Sandra nos propuso terminarlo, intentando contar, a partir de la experiencia de Yago, la situación real de estas personas», afirma Carmen Alonso. De ahí salió «Yago: pasos cortos, pisadas fuertes», una película donde el eje principal de las operaciones da paso a la vida cotidiana de su protagonista: la relación con sus padres, sus amigos, su colegio... En definitiva, el día a día de una persona que padece acondroplasia.

Camps sólo se encontró con una premisa por parte de los padres de Yago: que fuera un documental serio que no diera pena, sino que normalizara esta discapacidad. Carmen y su marido se decidieron a hacer este proyecto con el fin de acercar la realidad de la acondroplasia a la sociedad, así como para acabar con la imagen anquilosada y llena de tópicos que existe en torno a esta discapacidad. El título ya es un ejemplo. «Queríamos contarle a la sociedad qué les pasa a nuestros hijos: que dan pasitos cortos pero que las pisadas han de ser fuertes», afirma Alonso. El objetivo de Yago: aportar un granito de arena. Él sabía que este documental lo verían otros niños y pensó que esto les podría servir de ayuda.

Así nace un documental totalmente basado en la realidad que aborda la acondroplasia desde los aspectos médicos -el tema de las operaciones y el duro proceso de rehabilitación- hasta aspectos sociales. Un documental duro que tiene final feliz: Yago, tras su operación, creció 15 centímetros. Pero eso no es todo. Como recuerda su madre, «de esta discapacidad, la altura es lo de menos». Yago consiguió mejor nivel de vida, logró cosas que antes eran imposibles, como poder llevar a cabo su higiene personal con completa autonomía o llegar a la barra de un bar, es decir, mayor independencia. Ahora Yago es un joven que quiere hacer una carrera y que con pequeños pasos está consiguiendo eliminar las barreras que le han intentado impedir avanzar.