J. L. ARGÜELLES

El Puerto de Gijón perderá un mínimo de 138 millones en inversiones industriales por la retirada de los dos grandes proyectos, adjudicados a Nátura y a un grupo empresarial encabezado por Duro Felguerra, respectivamente, para producir biodiésel en El Musel. Esa cifra es la suma de las cantidades anunciadas por los responsables de las citadas compañías cuando se concedió el suelo portuario para la construcción de las plantas de combustible.

Pero este revés puede ser aún más grave si no se concretan, finalmente, los planes de HC Energía y Endesa para hace una central de gas (ciclo combinado) en la explanada de Aboño, superficie ganada al mar con la obra de ampliación para hacer el superpuerto. Es una instalación para la que se han barajado inversiones de 400 millones, pero que sigue en el aire a falta de que las dos empresas eléctricas concreten su interés.

El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Gijón decidió en su última reunión, el pasado día 16, encargar a su presidente, Fernando Menéndez Rexach, una gestión directa con HC Energía y Endesa para ver si ambas firmas siguen interesadas en la central de gas de Aboño. Francisco J. Maciá, subdirector general de Planificación Energética del Ministerio de Industria, manifestó un día después, el 17 de diciembre, que su departamento trabaja con la previsión de que a corto y medio plazo no se harán nuevas plantas eléctricas de ciclo combinado en España. Un planteamiento que afectaría no sólo a la instalación de Aboño, sino también a las de Mieres y Corvera, en Asturias. Maciá no puso en duda, sin embargo, el interés estratégico de la regasificadora que ya se construye en El Musel, también en suelo ganado al Cantábrico. La planta ha sido adjudicada a Enagás y su puesta en funcionamiento supone una inversión de 377 millones y la creación de 1.700 empleos directos e indirectos (120 cuando esté operativa), además de otros 120 millones de euros en inversiones en la red de transporte complementaria.

El fracaso de las dos plantas de biodiésel, que ha proyectado las primeras sombras sobre el diseño de un gran polo energético para El Musel, está relacionado con la caída de los precios del petróleo y el dumping (venta por debajo del precio normal) que ejerce Estados Unidos. Nátura, empresa del Grupo Jiménez Belinchón, llegó a poner la primera piedra de su planta en La Osa el 17 de septiembre de 2007, acto al que acudió el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, y en el que se anunció un instalación que entraría en funcionamiento en el primer trimestre de 2009, con una producción de 500.000 toneladas anuales, una de las mayores del mundo.

El consejo de administración del Puerto hizo oficial la renuncia del proyecto encabezado por Duro, y en el que se implicaron también la Sociedad Regional de Participación del Principado, Corporación Marítima Lobeto Lobo, Alvargonzález y Prado de Libarache, en su última reunión de este año. La planta iba a ocupar 47.000 metros cuadrados en La Figar e incluía un centro logístico y de almacenamiento para los aceites biocombustibles, de coco, palma y soja, entre otros.

Parece evidente que la crisis económica ha ralentizado algunos proyectos y cercenado otros, aun cuando la mayoría de los expertos coincide en señalar que lo peor de la recesión ha pasado. El nuevo polo energético de El Musel es una de las grandes apuestas industriales del Gobierno de Areces. El Presidente subrayó en la recepción por parte de Enagás de los terrenos portuarios para la regasificadora, el pasado 21 de septiembre, que el «escenario energético» supondría para Asturias unas inversiones que, según sus datos, oscilarán entre los 3.500 y los 5.000 millones. No todo está tan claro en el Puerto.