M. S.

La construcción de la nueva avenida tropezó con la situación de dos trabajadores del Serida (Servicio de Investigación y Desarrollo Agroalimentario) que vivían en la finca de la Pecuaria que ha dado nombre al vial y que ahora desarrolla su actividad en la parroquia de Cenero. El Ayuntamiento tuvo que iniciar un expediente de expropiación para desbloquear un conflicto que retrasó los trabajos casi dos meses. La avenida se abrió ayer al tráfico «con el expediente resuelto; el Juzgado de lo social ha desestimado la reclamación de los trabajadores», informó el concejal Pedro Sanjurjo.

Pero al equipo de gobierno no se le han acabado los problemas en la zona. Los portavoces de Somió y de Cabueñes, invitados a la inauguración, se hacían ayer eco de varias quejas vecinales. Ana García, presidenta de la asociación «La Pontica», ya parte de la opinión de que «nos han hecho una carreterona innecesaria» y teme que, con este proyecto, «el Ayuntamiento pretenda justificar el vial incluido en el muro de Cabueñes». La parroquia ha bautizado como «muro» el plan urbanístico que permitirá edificar 600 viviendas en el entorno del Hospital.

Los vecinos también le ponen peros al cruce de la avenida de la Pecuaria con la antigua carretera de Villaviciosa. «Tendrían que haber hecho una glorieta», objetan. Para la presidenta de la asociación vecinal «San Julián» de Somió y de la Federación rural «Les Caseríes», Soledad Lafuente, hay tres cuestiones que el Ayuntamiento tendría que solucionar sin falta: «Por un lado, el tema de los autobuses. Por otro, el remate de algunos caminos, como el de los Claveles. Y, además, deberían hacer algo con las instalaciones de la Pecuaria, porque están desvalijándolas».

También preocupa la carga de tráfico que pueda llegar a soportar la nueva avenida, especialmente a las familias que residen en los chalés existentes en la parte final de su trazado. Se ha plantado laurel a modo de pantalla, aunque «iremos haciendo estudios de ruido para vigilar este asunto», se comprometía Sanjurjo.