Me cuentan mis fuentes desplegadas por los principales restaurantes de la ciudad que el ex presidente del Gobierno José María Aznar confesó sus gustos futbolísticos durante su última visita a Oviedo, el mismo día que hizo famosa a la Facultad de Económicas por su no menos célebre «peineta» (gesto con el puño cerrado y el dedo corazón extendido hacia arriba). Aunque todavía faltaban unos días para que el Real Madrid cayera eliminado de su Copa de Europa, ahora Champions, Aznar echó en falta las habilidades del holandés Arjen Robben en el club merengue. También me cuentan que ese mismo día el ex presidente del Gobierno, asiduo al palco presidencial del estadio Santiago Bernabeu, que ha ganado prestancia y empaque con el retorno de Florentino Pérez, reconoció que su jugador favorito con la camiseta merengue, «la niña de sus ojos» era... un poquito de suspense... ni más ni menos que el francés. No, no, no se trata de Benzema, sino del campeón del mundo. No, tampoco es Karembeu. Bueno, vale, ahí va: Zinedine Zidane. Cuentan que cuando se retiró el jugador francés, Aznar dejó de disfrutar con el juego del Madrid y que todavía añora la elegancia de movimientos y la calidad en el control y en el toque que atesoraba el capitán de los «bleus».

l El cazador cazado. Algo así le acaba de ocurrir a la empresa Auxiliar de Recaudación, encargada de cobrar las multas y sanciones del Ayuntamiento de Oviedo. La sección de Licencias le acaba de abrir un expediente por el supuesto incumplimiento de las condiciones de la licencia que el propio Consistorio le había otorgado para las obras en su nueva oficina de la calle Palacio Valdés, número 7. Toda «una paradoja» que una empresa contratada por el Ayuntamiento incumpla las normas municipales.