A. RUBIERA

Cabueñes acoge el IV curso de septorrinoplastia organizado por el Servicio de ORL (Otorrinolaringología) del hospital gijonés. La cita, con presencia de expertos nacionales e internacionales, tiene un carácter formativo, de actualización y discusión sobre una de las intervenciones que más han crecido en los últimos años en los servicios de otorrino. Se trata de una cirugía nasal donde se combina la intervención funcional (por los problemas respiratorios de los pacientes) y la estética. Hasta ocho pacientes han sido operados estos días en los quirófanos de Cabueñes y sus cirugías retransmitidas en directo al salón de actos del centro, para el aprendizaje y supervisión de otros expertos. Entre los profesores invitados está el doctor Néstor Galindo, especialista que lleva casi 20 años en el Hospital Ruber Internacional.

-¿Cómo de frecuentes están siendo estas cirugías nasales?

-Desde hace 10 años se han generalizado y ya es muy frecuente que la gente acuda a un otorrino para arreglarse su nariz, tanto desde el punto de vista funcional como estético. Eso se debe a que los tratamientos son mucho más adecuados de lo que eran hace 30 años, cuando todas las narices eran operadas de forma parecida. Entonces suponía un traumatismo importante y la apariencia final era la de una nariz artificial, mutilada, que luego no funcionaba, no respiraba... Hoy día todo eso ha pasado a la historia.

-¿Con qué enfoque se hace ahora una cirugía nasal?

-Los pacientes que acuden a un servicio de ORL saben que su nariz no va a ser tratada de forma agresiva y va a tener una apariencia natural de nariz «no operada», lo que elimina el estigma de esas narices que todos identificamos porque están muy hundidas o muy respingonas, o pinzadas completamente, y que no respiran. No se trata de hacer la nariz más bonita del mundo, sino una encajada en la cara, que resalte los ojos y todo el conjunto. Esa es la tendencia actual.

-Hace décadas sólo se operaba un nariz por estética. ¿No?

-Tradicionalmente ha habido polémica entre los cirujanos plásticos y los otorrinos, pero lo cierto es que nosotros sabemos mucho más de la nariz que cualquier plástico. La polémica surge de que es una patología que probablemente da dinero. Si no la diera, seguro que no habría problemas. Pero, salvo raras excepciones, pocos cirujanos plásticos son capaces de ver la nariz como la puede ver un otorrino, tanto desde el punto de vista estético como funcional. Yo nunca me perdonaría operar una nariz estética que no respirase después de la intervención. Porque lo que es inapelable es que la principal función de la nariz es respirar y la segunda, o secundariamente, tenerla más o menos bonita.

-¿Estética y funcionalidad va muy ligado? Es decir, ¿una nariz fea suele generar problemas?

-Se puede decir que va muy ligado. Una desviación de tabique, externamente se va a manifiestar con una nariz torcida. Un problema de un hundimiento de un cartílago alar de la punta nasal, si tiene una debilidad o está torcido, también provoca una obstrucción. Diría que nunca puedes desligar ambas ideas.

-¿Cuando habla del gran incremento de estas cirugías qué cifras maneja?

-En España no hay estadísticas, pero sí las hay en Estados Unidos. Desde el año 1997 para acá el incremento de toda la cirugía plástica ha supuesto un 2.000%. Eso, en términos económicos, supone que los americanos se gastan al año unos cien mil millones de dólares en procedimientos estéticos. Un 150% de esos procesos son quirúrgicos (los rellenos, el botox, la depilación con láser, el transplante de pelo... supone el resto), y la nariz tiene gran parte en ese porcentaje espectacular.

-¿Aún llega a la consulta quien quiere una réplica de la nariz de un famoso?

-Aunque haya mucha gente que llega a consulta diciendo algo así, lo que hay que indicarles es que querer tener la nariz de Liz Taylor, por decir algo, es casi imposible de conseguir. A esa persona lo único que puedo decirle es que, dentro de las características de su nariz y su piel, podré intentar que su cirugía pase desapercibida, pero la nariz es algo inherente a la persona y no se puede modificar todo lo que queramos.

-¿Cuánta población tiene problemas nasales?

-El 90% de la población mundial tiene problemas respiratorios. Nadie respira absolutamente perfecto por la nariz, entre otras cosas porque hay muy pocos tabiques que no estén desviados. Es algo propio del crecimiento del tabique nasal, que puede crecer lateralizado igual que hace un árbol después de que lo plantas. Casi todo el mundo tiene problemas nasales y si a eso unimos que en la sociedad moderna hay muchos problemas de rinitis, por contaminación, alergias y otras razones, entonces se generan esos problemas funcionales que hay que tratar.

-¿Son problemas que inciden en el descanso?

-Es verdad que hay gente que pasa por consulta diciendo que su problema es que ronca, o que tiene problemas de apnea del sueño, y lo atribuye al tabique desviado, pero no. La nariz, en esos casos, sólo influye un 10-15%. Una persona, aun respirando muy bien por la nariz, puede seguir roncando o teniendo problemas de apnea del sueño.

-¿Entiende que una nariz genere problemas de autoestima?

-Sí. La nariz se ve mucho. Es lo primero que atrae la visión del interlocutor y es un problema socialmente no aceptado. Eso trae consigo la aparición de complejos y en chicas jóvenes puede crear trastornos

-¿Cree que ha llegado a España la demanda de cirugía estética en gente muy joven?

-Sí, está llegando. Incluso vemos que uno de los regalos de fin de curso en adolescentes es algún tipo de cirugía. Es algo que no me parece bien porque una persona que va a un quirófano debe ser muy consciente de lo que se va a hacer. Es algo serio, debe ser pensado y posiblemente los adolescentes tienen la cabeza en otras cosas.

«Nunca me perdonaría operar una nariz por estética que no respirase después de la intervención; la principal función de la nariz es respirar y, secundariamente, que sea más o menos bonita»

«Ya no se trata de hacer la nariz más linda del mundo, sino una encajada en la cara, que resalte los ojos y el conjunto»