C. JIMÉNEZ

Javier Morocho es el director de Telefónica en Asturias. La entidad, volcada en las labores de ámbito social por medio de su Fundación, está muy ligada también a la Universidad de Oviedo a través de la Cátedra que lleva el hombre de la empresa. Este año están implicados en la investigación y divulgación de actividades sobre la aportación de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) en la lucha contra el cambio climático.

-¿Qué pueden aportar las TIC en esa lucha contra el cambio climático?

-Lo más básico es el simple hecho de que puedas hacer un trámite con la Administración sin tener que desplazarte. Ello evita que tengas que coger un transporte público o privado y la emisiones de CO2 que ello conlleva. En la parte más compleja tenemos la inmótica y la domótica, que permiten que tanto una ciudad como Gijón o una empresa como Telefónica puedan tener parametrizados sus consumos, de manera que la utilización de los recursos sea óptima. El gasto energético es uno de los mayores problemas del cambio climático, por eso es tan necesario optimizar los consumos.

-¿Qué está haciendo Telefónica para atajar esa situación?

-Ayudar a los fabricantes a desarrollar equipos más eficientes es una opción. Nosotros tenemos el objetivo de reducir de aquí a 2015 un 10 por ciento del consumo. En Asturias queremos llegar al 30 por ciento. Si no se cumple, se castiga. No son macrocifras irreales, sino compromisos que se adquieren en junta de accionistas.

-¿En qué consiste la colaboración con la Universidad?

-La relación es magnífica y muy fructífera. De esta Universidad salen muy buenos investigadores y algunos de ellos se han integrado en Telefónica. Nuestra colaboración tiene dos vertientes: por un lado, la divulgación de actividades científicas, y por otra, la investigación. Estamos apoyando a doctorandos y personas que están desarrollando proyectos fin de carrera de tecnologías de radiofrecuencia. También premiamos las mejores iniciativas de los alumnos. Para Telefónica la educación y la investigación son más una inversión que un gasto. Queremos que se realicen buenos proyectos y que tengan una utilidad práctica para la sociedad. Este año la actividad de la Cátedra versa, precisamente, sobre cambio climático, y cualquier aportación que se pueda dar en ese ámbito es positiva.

-¿Qué hay avanzado?

-Algunas de esas aportaciones pueden ser de ámbito interno. Estamos inmersos en el proyecto «Cero CO2», de manera que tras cualquier evento que realiza Telefónica se analiza la huella de carbono que va a llevar y después se traduce en proyectos verdes. En Gijón hemos trabajado en la recuperación de laderas ribereñas o la reforestación del Picu'l Sol, pero también hay proyectos en la Amazonia o en otras zonas en vías de desarrollo.

-¿Colaboran en la iniciativa «Campus de Excelencia Internacional?

-Dentro del proyecto está la Cátedra. Nosotros realizamos aportaciones puntuales y siempre que la Universidad nos pide ayuda ahí estamos. El del «Campus de Excelencia Internacional» es un proyecto muy bonito, le va a dar una gran empuje a la Universidad. En cualquier proyecto que lance ahí estaremos para apoyarles porque la Universidad es el motor de la sociedad.

-Esta semana presentaban junto a Endesa, las cabinas telefónicas que servirán como punto de recarga para vehículos eléctricos.

-El proyecto se desarrolla en el distrito C de Madrid, que es el mayor parque solar industrial de Europa. Se ha elegido una sola ciudad para tenerlo todo más controlado. Se aprovechan las cabinas que tenemos en la calle. Como generalmente tienen acometida eléctrica, la obra civil que es preciso realizar es mínima; y como acostumbramos a ponerlas junto a la calzada, pueden dar ese servicio con facilidad.

-¿Qué coste tendrá el servicio?

-Durante el primer año no se va a cobrar, es sólo para ver el uso que se le da y los hábitos de consumo de los usuarios de los coches eléctricos. El tiempo de carga oscila entre dos y siete horas, en función del tipo de vehículo. El funcionamiento es muy sencillo: el usuario llega y paga con su tarjeta Telefónica.

-¿Qué ventajas aporta la cabina respecto a otros sistemas de recarga?

-La integración del sistema de pago. El sistema obliga a identificarte primero y después la eléctrica tendrá que cobrarlo. En las cabinas ese sistema de pago ya está integrado y no hace falta ningún desarrollo. Lo que hace es abaratar el coste, que redundará también en el usuario.

-¿Conocen el proyecto «Living car» que se impulsa desde Gijón?

-Sí. Gijón está liderando ese desarrollo pero hasta que la gente no encuentre una utilidad, la extensión del coche eléctrico puede ser más básica. Una vez que toda la cadena de valor del coche eléctrico está pensada, ahora hay que adaptar modelos, pensar cómo cargarlo, cómo se consume esa energía y eso lleva sus pasos.

-¿Cuál ha sido el punto de inflexión en el mercado de las telecomunicaciones?

-Las comunicaciones móviles fueron un avance tremendo porque daban el don de la ubicuidad. Ahora de lo que se trata es de mejorar esas comunicaciones, dotando a esas autopistas de la información de contenidos, porque de poco te sirve una autopista de 20, 50 o 100 megas si no tienes utilidades.

-¿Los ciclos tecnológicos se acortan?

-En telecomunicaciones se empieza a hablar de ciclos de meses. Cuando entré hace once años en la empresa, tenías una actualización personal cada seis meses. Ahora, si no te actualizas todos los meses, no estás adaptado a los nuevos lanzamientos. Más que ciclos lo que tenemos ahora es continuidad: no son saltos, va todo muy continuo, con avances absolutamente todos los días.

-¿Qué queda por hacer?

-Todos los estudios señalan que el mayor impedimento para usar las nuevas tecnologías no es el desconocimiento del usuario, sino que no se les encuentra utilidad. No es un problema de precios o de cobertura sino de utilidad. Ése es el mayor reto que tenemos ahora mismo: cuando todo el mundo encuentre una utilidad a internet, que vean mejorar su calidad de vida, que no es solamente una alternativa de ocio, entonces habremos logrado ese objetivo.

-¿Informáticos y «telecos» siguen quejándose de la escasa valoración que tienen en el sector?

-Es una frase que se suele escuchar mucho en el sector, pero nos-otros, en concreto, en el mercado de las telecomunicaciones, estamos considerados como la mejor empresa para trabajar, dicho por los propios empleados. El año pasado fuimos, después de Microsoft, la empresa favorita para los empleados.

Perfil:

Javier Morocho

Irún, 1970. Casado y con dos hijos. Es licenciado en Ingeniería Genética por la Universidad de Salamanca. En Teléfónica ha pasado por casi todos los estamentos de la compañía hasta acceder al cargo de director autonómico. Hace diez años llegó a Mieres y en la actualidad reside en Oviedo.

Ha sido responsable de Patrocinios, Marketing y RRII en Asturias; responsable de formación interna y distribución en Asturias y ejecutivo de cuentas estratégicas para Telefónica. En la actualidad dirige una plantilla de 639 personas en el Principado.