Ángel CABRANES

«Somos una familia de la que resulta un trabajo especial: crear un lenguaje propio, muy brasileño y muy contemporáneo». Rodrigo Pederneiras, director y coreógrafo de Grupo Corpo, abre en Gijón una ventana de comunicación a través del idioma de la danza. Esta compañía nacida hace 35 años en Belo Horizonte hará escala mañana, a las 20.30 horas, en el Jovellanos, tras seis años sin visitar España. La oportunidad servirá para mostrar los espectáculos «Bach» y «Parabelo», dos puestas en escena «diferentes, en los que por un lado expresamos nuestra relación con el barroco mineiro, y por otro bailes de la calle como son los ritmos de Bahía».

Considerados los embajadores de la danza brasileña, el Grupo Corpo continúa fiel a sus raíces. Los ocho meses de duración de su intensa gira internacional no han hecho flaquear a una compañía que llega de Canadá para estar por primera vez en Gijón, donde mostrará dos de las 15 obras que han desarrollado desde 1989. «"Bach" es un espectáculo en distintos planos, que incluye una parte aérea y que surgió como homenaje al compositor alemán, del que soy un gran admirador», explica Pederneiras.

Contará con melodías basadas en las partituras del músico del siglo XVIII y compuestas por Marco Antonio Guimaraes, aunque con «un toque brasileño» durante sus casi 44 minutos de duración. En él se mostrarán «la relación con el barroco mineiro, una influencia cultural muy fuerte para nosotros», y se utilizarán «colores tan brasileños como el azul y el dorado», pormenoriza el director.

La otra cara de la actuación del Grupo Corpo en el Jovellanos estarás titulada «Parabelo». Es el fruto a «unos años de pesquisas para intentar reflejar los bailes que se practican en las calles de nuestro país. Porque la creación popular de arte es increíble. Está llena de alegría, colores, variedad de ritmos. Es muy exuberante», subraya Rodrigo Pederneiras antes de puntualizar «visto desde un estilo contemporáneo». En esta ocasión, los encargados de elaborar la música son también dos brasileños, Tom Zé y Miguel Wisnik.

«Bach» y «Parabelo» son obras de una compañía sudamericana que produce un nuevo espectáculo cada dos años. Mismo tiempo que se invierte en el desarrollo de las composiciones musicales, mientras que la realización coreográfica, de cada una de ellas, comprende un período de tres meses. Pederneiras explica que «el proceso creativo ha cambiado desde 1992. Partiendo de una idea clara, invitamos a la participación de los compositores, que han sido principalmente brasileños. El objetivo es encontrar creaciones totales, partiendo de la nada».

De todas formas, el director del Grupo Corpo reconoce que, en los últimos años, hemos realizado una pequeña variación, y sí nos dejamos influenciar más por una primera idea de los compositores. Más tarde soy yo el que empieza a trabajar con los bailarines». Sólo en 2004 hubo una excepción, debida a «mi adoración a la obra de Ernesto Lecuona, en la que sí hicimos coreografía a partir de una música ya hecha».

En Gijón saldrán a escena 20 de los 21 miembros del cuerpo de baile del Grupo Corpo, en el que para optar a un puesto es necesario «tener una técnica de ballet clásico muy fuerte». Pero formar parte de la compañía es casi un privilegio, porque «ya hemos cerrado el cupo de entrada. La última vez que realizamos una audición en Brasil, se presentaron 480 personas para dos vacantes. Es imposible logísticamente gestionarlo y ahora echamos mano de nuestra escuela o amigos», aclara el coreógrafo.

Y es que los hermanos Paulo y Rodrigo Pederneiras, cofundadores del grupo de Belo Horizonte, cuidan hasta el último detalle para ofrecer la más artesanal de las danzas.