C. JIMÉNEZ

Los 81 miembros del «cluster» de empresas de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) de Asturias, que representan a 2.900 profesionales de la región y que generan un volumen de facturación anual por encima de 300 millones de euros comienzan a recoger los frutos de sus seis primeros años de trabajo colaborativo. Prueba del estado de maduración del sector y de su proyección al exterior es el consorcio europeo en el que participan para la provisión de servicios externos para el desarrollo, estudio y apoyo de los sistemas de información de la Comisión Europea. El proyecto, presupuestado en 60 millones de euros, es el primero que cuenta con la participación de una agrupación sectorial. «Es el máximo exponente de lo que aspiramos a hacer», afirma Alejandro Durán, presidente del «cluster» asturiano, a la espera de que en septiembre se resuelva el concurso convocado por el órgano comunitario. Esta iniciativa demuestra, según el presidente de la sectorial TIC, que hay un «cluster» «organizado y competitivo».

La vicepresidenta, María Martínez, añade más ventajas: «Se favorece a las pymes que de forma individual no tienen músculo suficiente para competir». Esa dinámica va dando sus frutos y por cada euro invertido en TIC en Asturias se está generando una aportación marginal al PIB entre dos y cuatro euros, el doble que la media española, apunta Alicia Veira, directora del órgano sectorial. En cambio, «invertir en carreteras ahora mismo es perder dinero», añade Durán.

Los contactos con la Universidad también se han estrechado pero, para el presidente del «cluster», todavía queda un largo camino por recorrer. «Los titulados tienen los conocimientos técnicos pero no saben desenvolverse en el mundo de la empresa. Falta complicidad entre las partes», subraya. No obstante, el «cluster» también participa junto a la Fundación CTIC de una segunda iniciativa, impulsada en este caso por el Idepa, que es la agrupación empresarial innovadora del conocimiento, planteada para desarrollar proyectos de I+D en cooperación y dar el cambio hacia un nuevo modelo productivo. «En Asturias, la industria no es motor de tecnología como en el País Vasco. Aquí no se le otorga el peso que realmente tiene sobre el PIB», sostiene Alejandro Durán quien alaba el liderazgo que ha asumido la Administración regional en este ámbito.