M. C.

La justicia ha pasado rozando, por segunda vez, al empresario mierense Juan José Cachero Alonso. Si en octubre del año pasado quedaba sobreseída provisionalmente la imputación inicial contra él por el supuesto fraude en Mina La Camocha, ahora también ha visto cómo se archiva la denuncia que contra él y otras cuatro personas formuló la Policía por un caso supuestamente similar en Carbones de Linares, la mina de Lena propiedad de Cachero.

La Policía denunció a Cachero en febrero de 2010, dentro de la operación bautizada como «Bola negra», en la que acusó a cinco personas de un supuesto fraude de subvenciones de 8,7 millones de euros, supuestamente vinculado a la venta a la térmica de Soto de Ribera de carbón importado por El Musel haciéndolo pasar por producción propia de la mina lenense, entre los años 2007 y 2009. El caso penal ha quedado en nada.

La Policía también notificó a la Seguridad Social información sobre supuestos contratos simulados en la mina lenense, sosteniendo que 18 de sus 30 trabajadores figuraban en nómina pese a no trabajar realmente en la mina. Fuentes del sector afirman que entre quienes «no pisaban» la mina figuran personas vinculadas a otras con buena posición social en Asturias.

El Juzgado de instrucción número dos de Mieres archivó estas diligencias el pasado verano, a petición del ministerio fiscal. En el caso de Mina La Camocha, la imputación contra Cachero declinó después de que éste alegara que había vendido Trabajos y Explotaciones, en documento privado en mayo de 1998, a una persona ya fallecida. La justicia le ha rozado para dejar su buen nombre limpio. Acudirá al juicio de La Camocha como testigo.