M. CASTRO

Daniel González Riestra vende productos de Trefilería Moreda y de otras factorías del grupo Celsa en sus instalaciones de San Andrés de los Tacones. La principal empresa de reciclaje de metales de Gijón ha optado por diversificar así su negocio para hacer frente a la caída de la demanda de chatarra por las empresas siderúrgicas, su principal cliente, y al descenso en la producción de chatarra por la menor actividad de los talleres asturianos y el descenso en la sustitución de automóviles viejos por nuevos.

Los productos de trefilería que va a distribuir Daniel González Riestra son fundamentalmente diversos tipos de cierres de fincas, que ya anuncia en su página web. El pasado 5 de enero comenzó a operar la empresa Cierres Metálicos Riestra S. L., con el objeto social de «la comercialización de todo tipo de productos de trefilería, así como todo tipo de mallas para cierres metálicos», y con domicilio en San Andrés. Dos semanas después, la propia Daniel González Riestra S. L. modificó su objeto social para incluir esas actividades. No obstante, responsables de la empresa matizaron que la actividad en este negocio se verá realmente a partir del verano. Ésa es la época en la que los particulares suelen aprovechar para efectuar obras de cierre en sus fincas.

La empresa, ubicada en la parroquia de San Andrés y colindante con la factoría de Veriña de Arcelor-Mittal, destina unos 3.000 metros cuadrados al almacenaje de estos productos con los que se adentra en el campo de la distribución: una nave de 1.500 metros cuadrados construida hace un lustro y otros tantos al aire libre. Se trata de una superficie pequeña, dentro de los 55.000 metros cuadrados que ocupa el conjunto de las instalaciones de la empresa de reciclaje y ahora distribución.

Las nuevas líneas de negocio que está abriendo Daniel González Riestra también son una fórmula para dar estabilidad al empleo en esta empresa en la que trabajan unos 70 trabajadores indefinidos y de la que también depende en buena medida la actividad de un grupo de transportistas. La repercusión de la crisis en la industria y su efecto sobre el sector de la chatarra llevaron a Daniel González Riestra a tener que regular de empleo a su plantilla el pasado mes de diciembre.