El día de Comadres no entiende ni de crisis ni de tristezas. Ese día, el de ayer, fue jornada de mujeres, risas y tapas. Así que muchos de los restaurantes de la ciudad se llenaron de público femenino, aunque también se dejaron ver algunos que otros varones. «Ni el día de Comadres nos dejan solos», apostillaba Carlos Rubiera en presencia de su amigo Alfonso López. Ellos, como siempre, se dejaron ver por el barrio del Carmen con sus medias naranjas, María Martínez y Mirian Rubiera.

Otros, como Salva Lamas, se retiraban, después de un discreto vino, a su casa, acompañado de la pequeña Irache. Su mujer, Silvia Lamas, tenía cena de amigas con Cris Rodríguez, María Jesús Mendaña y Mari Carmen Riera. Esta última decía alto y claro: «Hoy salimos solas, porque siempre vamos acompañadas de los maridos». Puestos a hacer confesiones, aseguraba también que ninguna había festejado nunca les Comadres en una fiesta donde hubiera «boys». «Ya tengo uno en casa», comentaba divertida una de ellas.

Tampoco faltaron a la cita de comadres las mujeres del PP, capitaneadas por Pilar Fernández Pardo y Elma Alonso. Su cena, organizada por el área de la mujer del partido en Gijón, fue en «Leoos». También hubo jovencísimas incorporaciones a la cita festivalera. Como la de Irma Sehovic Osorio. Llegó de Viena, donde reside, con su madre, Verónica Osorio; salieron de picoteo con Mar Piniella, la madre y abuela de ambas y sus amigas. Porque la noche daba para citas muy «blancas» y otras más pícaras. En esas estaba Lola González, que exponía alguna de sus teorías sobre mujeres en la sidrería El Globo: «La soltera llega a casa, mira la nevera y se mete en la cama. La casada mira la cama y corre despavorida a la nevera». Más comedidas estaban Paola Balanzac y a su amiga Paloma Argüelles. «Salimos de cumpleaños y picaremos donde surja», confesaba Argüelles. Pocas, a primera hora de la noche, tenían en mente asistir a ningún espectáculo de «streptease», las más tenían en mente un menú a base de picadillo.