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El puerto, al mejor postor

La Autoridad Portuaria, que rescindió el contrato con una consultora para buscar comprador para EBHISA, tendrá ahora que acelerar su privatización

M. CASTRO

El Consejo de Ministros dio el pasado viernes el pistoletazo de salida para privatizar la terminal de graneles sólidos de El Musel, EBHISA al incluirla dentro del grupo de empresas y fundaciones públicas para liquidar o privatizar. La venta se producirá en época de vacas flacas, que han llevado a esta terminal, participada al 68,8% por la Autoridad Portuaria de Gijón, a acumular importantes pérdidas en los últimos tres años, en los que las descargas de graneles sólidos han caído en picado. La Autoridad Portuaria buscó comprador para la empresa en 2010 y acabó desistiendo al no encontrarlos dispuestos a pagar los 150 millones de euros en que una consultora británica valoró la mayor terminal de El Musel.

EBHISA es la séptima terminal de graneles sólidos de Europa por capacidad de descarga anual, que se estima en 17 millones de toneladas. Desde finales de 2008 ha visto reducidas sus descargas por la reducción de producción de Arcelor y las eléctricas, sus principales clientes. El año pasado cerró el ejercicio con10,25 millones de toneladas. Aun así, esta cantidad representa dos tercios de las toneladas que se movieron por el puerto gijonés en 2011; 15,18 millones.

El puerto está obligado por ley a vender EBHI desde 2003. No hubo prisa durante los siguientes años. La terminal entonces arrojaba beneficios y estaba llamada a desaparecer con la construcción de otra más moderna en la ampliación de El Musel.

Pero la construcción de la nueva terminal requería una inversión de 150 a 200 millones de euros. En 2010, con la obra de ampliación en su recta final, un informe de la consultora Atic Services (que posteriormente se integró en el grupo Arcelor-Mittal) consideró inviable el traslado de la terminal granelera a los nuevos muelles. Fue a raíz de ese fiasco cuando el puerto encargó a la consultora EC Harris buscar un comprador para EBHISA y prorrogó la concesión a la terminal granelera en su actual ubicación durante treinta años. La terminal salió a la venta por los 150 millones en que fue valorada. El precio acabó bajando a 50 millones y ni aun así se pudo cerrar su venta con ninguna de las cuatro empresas interesadas. Los responsables portuarios optaron por rescindir el contrato con EC Harris.

La decisión del Gobierno obliga a acelerar la privatización. A corto plazo, esa decisión puede interferir en los planes de EBHISA para obtener liquidez mediante un crédito y una ampliación de capital de parte de sus socios. El puerto también trata de rebajar la masa salarial de EBHISA, uno de los principales problemas para venderla. Quien compre también tendrá que contar con Arcelor, al que van destinado el 80% de los tráficos de la terminal. En sus mejores tiempos, a mediados de la década pasada, cuando las descargas rondaban las 16,5 millones de toneladas anuales, la terminal movía más del 80% de los tráficos del puerto. Para algunos, privatizar la EBHI prácticamente es privatizar El Musel. Se la llevará el mejor postor y está por ver si a precio de saldo.

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