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Un joven de 16 años, grave al sufrir un corte en la yugular en una pelea en Cimadevilla

La Policía arrestó al agresor, de 18 años, que huyó tras arrojarle una jarra de cristal l Un socorrista y una enfermera evitaron que la víctima se desangrara

Un joven de 16 años, grave al sufrir un corte en la yugular en una pelea en Cimadevilla

M. C.

Una discusión banal a las puertas de un local de copas en Cimadevilla estuvo a punto de costarle la vida a un adolescente gijonés de 16 años en la madrugada de ayer. Un conocido del herido, de 18 años, le estampó una jarra de cristal en la cara por un «pique» entre ambos y uno de los cristales resultantes le seccionó la yugular. Gracias a los primeros auxilios que le proporcionaron un socorrista y una enfermera que afortunadamente estaban en el local se pudo salvar la vida del chico, al evitar que se desangrara. El agresor fue arrestado horas después por la Policía en casa de un familiar.

Los hechos tuvieron lugar hacia las cuatro menos cuarto de la madrugada en la calle Las Cruces, en el barrio alto. Según algunas de las personas que estaban en el local, la discusión entre ambos jóvenes ya había llegado a las manos cuando el detenido, G. C., supuestamente le arrojó la jarra a la víctima, un hecho del que fueron testigos algunas personas que se encontraban fumando en la calle.

El agresor huyó, mientras del herido -alumno del Colegio de la Inmaculada y vecino del centro de Gijón- se hacían cargo una enfermera de Oviedo, cliente del local, y el novio de una de las camareras, que tiene conocimientos de primeros auxilios al trabajar como socorrista de piscina.

El socorrista, Fernando Pérez Bericua (conocido como «Gato» en el mundo del surf), explicó ayer el panorama que se encontró cuando salió del local para ver qué ocurría: «Estaba de pie, porque un chico lo sostenía. Le pusimos una cazadora alrededor del cuello y lo sentamos. Tenía la yugular cortada por dos sitios y para taponar la herida tuve que meter cuatro dedos».

El herido (cuyo segundo apellido coincide con el primero del agresor, pero con el que no tiene lazos familiares) fue consciente en todo momento de lo que ocurría. «Hablábamos con él, le preguntábamos quién era y dónde vivía, para que no perdiera el conocimiento». De inmediato dieron aviso al 112 y seguidamente se puso el hecho en conocimiento del 092, que envió rápidamente dos coches patrulla con un equipo de primeros auxilios. Para entonces el menor ya estaba muy pálido, por la gran cantidad de sangre que había perdido. Poco después llegó una uvi móvil que lo trasladó hasta el Hospital de Cabueñes. En el centro sanitario gijonés el herido fue llevado a quirófano, donde fue intervenido de urgencia. A primera hora de la mañana fue trasladado a una planta del hospital, donde se recupera favorablemente, según informaron personas allegadas.

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