M. CASTRO

«El país que está deslocalizando es Alemania. Las partes de alta tecnología de un producto, como los cristales de una óptica, las fabrican ellos y las de menor tecnología, como las monturas de las gafas, las deslocalizan, las importan y las ensamblan en Alemania. Por eso a Alemania le interesa que el euro esté caro, porque le salen más baratas las importaciones de productos de baja tecnología. Pero eso es lo que perjudica a España, que le interesa un euro barato porque compite en ese tipo de productos y eso es lo que está provocando el aumento del paro». La reflexión la hizo ayer el presidente de Industrias Lácteas Asturianas (Ilas, Reny Picot), Francisco Rodríguez, momentos antes de participar el Ateneo Jovellanos en un coloquio junto al presidente del PAS, Xuan Xosé Sánchez Vicente sobre la posibilidad de que España se salga del euro.

Ambos conferenciantes lamentaron la entrada de España en el euro, hecho al que atribuyeron en gran medida las dificultades para salir de la crisis actual y el aumento del desempleo. También consideraron conveniente salir de la moneda común.

El presidente del PAS apuntó al respecto que «estamos en un tren a toda velocidad que se va a estrellar y no sabemos si los daños van a ser mayores si esperas a que se estrelle o si te tiras en marcha». Tras esta primera reflexión apuntó que la continuidad en el euro es nefasta para España aunque se llegue a capear la crisis financiera, porque el cambio del euro «hace que sea muy caro para que exportemos y muy barato para que nos vendan otros países y eso destruye el mercado interior» y en segundo lugar porque quienes deciden la política monetaria «son los países de mayor potencia económica», como Alemania, cuyos intereses en cuanto al tipo de cambio son diametralmente opuestos a los de los países periféricos, como España.

Francisco Rodríguez considera que si no se puede devaluar la moneda ni se ajustan los salarios mediante un acuerdo «imposible» entre patronal y sindicatos, «se produce el ajuste por la vía del aumento del paro», mientras que con una moneda propia la solución sería «la devaluación para salvar los empleos». Se evitaría así un ajuste que no sólo se está llevando por delante puestos de trabajo, sino que también está cerrando empresas, añadió Sánchez Vicente.

Para el empresario, «el euro es el colofón de un desacierto», porque no se puede construir Europa por la vía exclusiva del mercado, «sin voluntad política» y advirtió que «España está en la misma posición que Argentina cuando decidió dolarizar su moneda y la resultante fue el corralito», algo que no tiene por que pasar necesariamente aquí, matizó.

Una eventual salida del euro no tiene por qué acarrear «una catástrofe monetaria», considera Francisco Rodríguez. Otra cosa es la conversión que las autoridades decidieran hacer de la nueva moneda: «Si compramos los euros a 167 pesetas y nos los quieren vender ahora a 50, esto sería un timo», advirtió. El empresario considera que se podría convocar un referéndum para decidir si se sale o no del euro. Sánchez Vicente estima que la decisión la puede tomar el gobierno, sin más y luego decidir la devaluación que conviene.

El análisis del presidente del PAS -quien en 2002 ya vaticinó que el euro afrontaría graves problemas hacia 2010- contempla que la situación social en España puede acelerar la decisión. Por un lado considera que aumentará el número de parados y se recrudecerá el ajuste sin que se vea salida a esta espiral «durante mucho tiempo». Por otro, las tensiones secesionistas, con «el problema inmediato de Cataluña y de Euskadi no nos va a ayudar nada a conseguir financiación del exterior», agravando el problema de la deuda española.

Mantenerse en el euro será difícil, en opinión de Francisco Rodríguez, en una situación en la que el tipo de cambio beneficia a Alemania frente a España y en la que el país que está perdiendo en esa «encima tiene que asumir el costo» con el paro que se está generando.