C. JIMÉNEZ

«Me considero un observador de todo lo que pasa a mi alrededor», se confiesa Pawel Kuczynski, presente en la jornada de ayer en el Salón Internacional del Cómic con su sátira gráfica. El artista polaco que no gusta de echar mano de las nuevas tecnologías para sus trabajos reconoce que las redes sociales han acercado a los artistas a lugares recónditos. «No me gusta mucho leer en pantalla pero estoy abierto a toda forma de expresar las ilustraciones», confiesa, al tiempo que explica que si ha llegado donde hoy está es gracias, en parte, al poder de amplificación de las redes sociales.

Kuczynski trabaja entre sus temas el hambre, el racismo, el dinero o la guerra porque, según dice, son los nuevos temas inmortales y atemporales del arte. Al hacerlo con certeras metáforas visuales, sus dibujos corren como la pólvora. Tanto es así que considera «apasionante» que su trabajo se pueda estar viendo al mismo tiempo en diferentes partes del mundo. «Para mí, la ilustración es un idioma y para nosotros, los ilustradores, ésta es una etapa muy buena», admite.

En cuanto al proceso creativo, el artista polaco se muestra bastante escéptico sobre el uso de las nuevas tecnologías aplicadas al mundo del cómic. «No soy muy partidario de las pantallas, prefiero el papel, las acuarelas, los lápices de colores, me gusta el olor a pintura...», continua Kuczynski, que se reconoce «anticuado» en las técnicas pero de rabiosa actualidad en las temáticas que aborda. «Con la sátira es más fácil transmitir el mensaje», sostiene el artista polaco, que ve demasiado alejado «de la gente de a pie» el arte actual. «Es demasiado poético y elevado», argumenta para justificar su recurso a la sátira. «Otros trabajos no me divierten tanto», indica en alusión a sus colaboraciones para diferentes diarios. En su caso, la inspiración arranca siempre, si no existe previamente «una idea feliz», dibujando símbolos o ilustraciones universales para avanzar después hacia representaciones más singulares. De ahí que una de sus motivaciones se encuentre en las competiciones de ilustradores donde se abordan diferentes temas y estos disponen de un tiempo prudencial para plasmar su motivo de forma gráfica. «Encontrar una buena idea es la clave; hay semanas que llega la inspiración y otras que no. esas competiciones vienen bien para curtirse», arguye. Y metido de lleno en el proceso creativo, explica que no le funciona usar el ordenador. «Aunque no lo descarto, soy bastante escéptico al cambio de las herramientas tradicionales». concluye.

Pawel Kuczynski se formó en la en la Academia de BellasArtes de Poznan. En 2004, animado por unos amigos participa en un concurso de caricatura e ilustración, y se inicia en el trabajo satírico por el que es conocido hoy. Inmediatamente tuvo un reconocimiento pleno. La Asociación de Humoristas Gráficos polacos le concedió el premio «Eryk» como artista revelación. Y desde entonces ha sumado casi un centenar de premios y distinciones como concursante activo al que le gusta tomar parte en las competiciones de ilustradores. El Salón Internacional del Cómic del Principado se presenta para él como una oportunidad de compartir sus inquietudes con diferentes colegas de un sector que, a ojos de Kuczynski, se encuentra en un buen momento.

El programa de actividades de al cita gijonesa llega hoy a su fin con la entrega de los XXVIII Premios Haxtur, a las 20.30 horas, en el salón de actos del Centro de Cultura Antiguo Instituto. Previamente se realizará la entrega del premio «Capitán Misterio» y los lotes de tebeos a los acertantes de las quinielas «Haxtur», además de un coloquio con Georges Bess.