El servicio editorial del Museo del Pueblo de Asturias cierra 2012 con dos magníficas ediciones bibliográficas. La última presentada está dedicada al gran gijonés Juan Martínez Abades (pintor del cuplé y autor de reconocidas asturianadas) y, la más señalada, que se dedica al «conocimiento definitivo» de la gaita asturiana en todo su ser: «Cancioneru de la gaita asturiana». Aunque definitivo no es un término que agrade en absoluto al inquieto Fonsu Fernández, director del Museo de la Gaita y una de las «tres patas del banco» que sustentan esta imprescindible publicación.

De Fonsu Fernández puede decirse que hasta su nacimiento en Madrid (31 de agosto de 1966) parece seguir los cánones de la tradición asturiana más social, marcada por los estereotipos de aquellos asturianos que «han hecho historia y vida cordal abaxo». Hijo de emigrantes de aquella gran oleada de exilio de mediados del siglo pasado y con orígenes en Luarca (Obona) -que sigue investigando como no podía ser de otro modo- hasta cuenta con un bisabuelo asturiano que ejerció de sereno en la capital del reino. Pura tradición de tipos curiosos, de esos a los que Fonsu Fernández gusta desempolvar de entre las placas de cristal de viejas - u olvidadas- colecciones fotográficas para enmarcar y colgar en las paredes del museo y ofrecer al público asturiano.

Fonsu Fernández «emperróse» en tocar la gaita después de oír por las calles de Gijón (a su vuelta de Madrid con 8 años) a Jorge, en la Acerona, otra figura imprescindible del callejero gijonés y quién sabe si baluarte modesto, anónimo, de aquella pobre gaita que agonizaba en Asturias a inicios de los setenta. Se le compró una y acude entonces a clases con el padre Bernardo de los Claretianos reventando a soplar y teniendo contacto con los primeros rudimentos musicales básicos, tonadillas o floreos.

Pero como Fonsu gusta de señalar, no había mejor escuela que la calle y los chigres de Gijón -«El Cabañaquinta uno dellos»- que aún permitían gaita y tonada hasta las tantas de la madrugada. Tras conocer al artesano Alberto Fernández Velasco a través de su hijo y compañero de estudios Alberto Fernández Varillas, la adolescencia de Fonsu queda ligada al mundo de la gaita y la música asturiana para siempre. Con «Los Xustos», con Peña el de «L'Abadía», con su banda de gaitas pionera «Leorio» junto a Manolín Peña, «Aires de Asturias» y otras formaciones que sustentaban esta tradición de baile y gaita.

Con el correr del tiempo Fonsu también participó de la creación de la seminal bandina «La Martaleña» junto a señalados nombres pioneros del folk astur: Rubén, Tina Cuadriello, Lupe, Antón Barquero, responsables a su vez del elegante grupo «Balandrán». También su paso por el no menos mítico grupo «Lliberdón» junto a otros imprescindibles nombres de la escena folk dejó trabajos de audición obligada («Camín de Bres» o «Tamos fartos») así que pasen los años, con aquella señalada fotografía del «fusilamiento que hizo yacer» a De la Cuesta, Barquero, Ricardo, Lluis y el propio Fonsu.

Seducido tiempo atrás por la gaita asturiana y «todo su universo» a Fonsu Fernández puede pintársele como un singular Indiana Jones sin pistola ni látigo pero con grabadora y pasión ávida de conocimientos, cambiando pirámides en las que escarbar por hórreos y quintanas de las que rescatar sopletes, payueles, payones, fuelles, copas, punteros o instrumentos completos condenados a la carcoma. Las auténticas «Arcas de la Alianza» de los instrumentos del folclore asturiano que, trabajando a solas o en gran labor comunitaria, Fonsu Fernández recupera del olvido.

Más que la música en sí, o el detalle de «censar» gaiteros que han hecho historia o labor anónima, el interés de Fonsu Fernández se centra sobremanera en la construcción del instrumento. En los artesanos pioneros, originarios y originales; en cómo reconocer a golpe de vista la autoría de una gaita. Labor callada y tenaz de años y años que llevaron a Fonsu Fernández a conocer y contactar con cuantos gaiteros vivos mantenían la tradición: Manolín de la Carrera, Pepe Requejo o Galfarro como preferencia personal en la luthería.

Esta pasión por el mundo gaitero la comparte Fonsu Fernández desde siempre con la de los instrumentos de bordón. El mundo de la gaita rabil asturiana, de la zanfona que apenas contaba con intérpretes en aquellos años tuvo en Fonsu o en Celia González (viaje a Saint Charitére de por medio) a sus pilares de despegue para un instrumento que tanto había marcado la vida social de aquella vieja Asturias con sus buhoneros, ciegos, músicos y personajes callejeros. Cursos con Martinotti junto a compañeros del folk asturiano y una zanfona de Paolo Coriani, que sigue siendo uno de sus instrumentos más preciados, sirvieron a Fonsu Fernández para entregar para el acerbo musical asturiano un trabajo discográfico muy señalado para la fonoteca tradicional de Asturias: el imprescindible «Ea, señores Usías! Cantares y sones de ciegu n'Asturies». Un trabajo que también dibuja bien -y muy sanamente- la figura de Fonsu Fernández, apasionado por contar y cantar coplas, coplillas, romances y picardías por plazas, mercados tradicionales y festivales ataviado cual ciego de solemne tradición literaria. Años maravillosos los de aquel disco y épocas de recogida de coplas. Y es que una conversación con Fonsu Fernández siempre enriquece. Teléfono de por medio o preferiblemente a la mesa y con mantel como buen «ciego tragón y picardioso», a quien esto firma le queda la duda -o no- de saber qué seduce más al director del Museo de La Gaita de Asturias -lo es desde el 1 de Septiembre de 1997 (tras García Oliva y Azucena Asensio)-: si una buena tarea con el mundo de la gaita casona a casona o una buena charla sobre folclore ante unos platos y postres que saquen la vena más llambiona de este personaje.

Licenciado en Filología Hispánica y pronto Doctor en Musicología, el título de doctor le encaja bien a Fonsu Fernández, sanador traumatólogo de muchas gaitas. Junto con Gausón Gutierri del Colectivo Belenos o, como ahora ocurrió, junto a Eugenio Otero, labor de medicina folclórica la que han presentado con un recetario en dos volúmenes. Pero, y señalamos de nuevo, como a Fonsu Fernández le gusta decir: «no todo está descubierto y queda mucho por llegar. Sabemos del repertorio asturiano de gaita y lo que se toca pero, ¿sabemos de dónde viene o por qué se toca lo que se toca?». Lo desvelará sin tardanza este buen doctor con nuevos estudios sobre los gaiteros del Oriente (en profundidad, junto a Gausón Gutierri) o con su tesis «El proceso del repertorio de la gaita asturiana» que se sumará al maravillo cancionero que acaba de ver la luz y que también lleva su firma.