La magistrada que investiga la violenta pelea que tuvo lugar en diciembre del año 2009 en el barrio de La Arena y en la que se vieron involucrados medio centenar de aficionados radicales del Sporting y del Sevilla ha decidido archivar la causa que se había abierto contra los 31 detenidos tras este suceso, ya que, aunque «los hechos son constitutivos de infracción penal», «no existen motivos suficientes para atribuir la perpetración de tales infracciones a personas determinadas». La Policía detuvo a radicales de ambos bandos por estos hechos, aunque ahora la juez resalta que solamente los aficionados sevillistas fueron identificados en la zona y que en torno a la participación de hinchas del Sporting sólo hay «sospechas».

La magistrada basa el archivo de la causa, en primer lugar, en que «los lesionados, en su mayoría seguidores del Sevilla», «no identifican a sus agresores», como tampoco lo pudieron hacer los propietarios de los establecimientos comerciales situados en La Arena, que sufrieron numerosos daños como consecuencia de la batalla campal. La identificación no fue ni tan siquiera posible «a través de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona».

Las agresiones no pueden atribuirse a los acusados «por el mero hecho de haber sido identificados en el lugar, por pertenecer o estar vinculados al grupo Ultra Boys, por constar en los archivos policiales por altercados similares, por haber comprado el día anterior bengalas o palos, o incluso por haber sido trasladados a un centro sanitario para ser asistidos de las lesiones sufridas». Para la magistrada, esto sólo determina la condición de perjudicado, ya que la única forma de exigir responsabilidad «sería de forma genérica por su participación en una riña tumultuaria». Una figura penal, resalta la encargada del caso, que tampoco sería aplicable en este procedimiento, ya que los únicos que fueron identificados en la zona -los seguidores del Sevilla- «niegan haber participado de forma activa en la trifulca con los seguidores del Sporting o haber concertado un encuentro con los mismos, sin que esto tampoco resulte acreditado al no observarse en el lugar banderas, distintivos o un grupo más o menos numeroso de seguidores del Sporting más allá de la mera sospecha de su participación en los hechos».

El segundo grupo de la brigada de información de la Comisaría aseguraba en el informe presentado ante el Juzgado que ambos grupos de aficionados radicales se habían retado días antes de la pelea a través de mensajes de móvil y correos electrónicos. Además de estas pruebas los investigadores aportaban las facturas de los palos que los radicales habían comprado apenas unas horas antes de la trifulca en un centro comercial y que fueron incautados el día de la pelea. La causa de la pelea para los agentes estaba clara: la agresión que varios aficionados del Sporting habían sufrido en Pola de Siero. Además a estas pesquisas se sumaban las grabaciones de la cámara de seguridad.

La fiscalía superior del Principado de Asturias había solicitado hace varias semanas a la magistrada el archivo de la causa que finalmente se ha llevado a cabo. Se da la circunstancia de que hace meses los tribunales también archivaron la causa que se seguía contra varios aficionados de Ultra Boys que habían sido detenidos por la pelea que tuvo lugar en la zona del Kilometrín en agosto de 2011 y en la que los gijoneses se enfrentaron con la afición del Génova minutos antes de un partido del «Villa de Gijón».

«Nadie va a poder con nosotros. Enhorabuena por lo de Gijón». Los aficionados radicales del Sevilla celebraban ayer de esta manera a través de las redes sociales el archivo de la causa penal que se seguía en el Juzgado de instrucción número 1 de Gijón contra diez de sus compañeros que fueron detenidos en la violenta pelea que tuvo lugar en las calles de La Arena. A lo largo de toda la jornada las cuentas oficiales en Twitter de los grupos de jóvenes asociados al Sevilla celebraron la «victoria» que, a su juicio, supone el archivo de la causa penal que se seguía contra ellos.