Después de más de un año de encierro de trabajadores de la Residencia Mixta de ancianos de Pumarín contra las privatizaciones de servicios en el ERA (organismo del principado que gestiona los establecimientos públicos para ancianos), el colectivo está dispuesto a zanjar el conflicto si la administración aceptan incorporar a sólo dos trabajadores más, uno en la propia residencia gijonesa y otro en la residencia Santa Teresa, de Oviedo, dejando para una negociación posterior otras plazas que inicialmente también se reivindicaba cubrir.

Más que una cuestión de número, el problema está en que los trabajadores que mantienen el encierro por turnos rotativos, consideran que el ERA está privatizando servicios que antes hacía con personal propio, explica Nicanor González, representante de CSI en la Residencia Mixta.

La plaza que quieren que se cubra con plantilla propia en la residencia gijonesa es la del servicio de limpieza de enfermería, que ahora se realiza a través de una contrata.

El encierro comenzó el 1 de junio del año pasado, después de "años asistiendo a una paulatina e incesante privatización de plazas pertenecientes a los servicios auxiliares en diferentes residencias del ERA" y la gota de desbordó el vaso fue la externalización de la plaza citada tras la jubilación de la persona que hacía ese trabajo con anterioridad, añade.