No pudo asistir el galardonado Manuel Martínez Sánchez, catedrático emérito del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), al acto de ayer del teatro Jovellanos. Pero a través de su sobrino, Carlos Alberto López, dejó clara su querencia por Gijón.

"Puede que por sentimentalismo, o quizá por un sentido profundo de arraigo, nunca quise adoptar la nacionalidad americana a la que tengo derecho, y he llevado siempre por delante mi orgullo de español, de leonés (allí nací) y de asturiano (aquí me crié). Consideren ustedes en consecuencia lo mucho que para mí representa la constatación de que, pese al tiempo y a la distancia, mi ciudad no me ha olvidado", señaló con sus palabras el ingeniero aeronáutico, que también recordó su etapa formativa en el Jovellanos.

"He trabajado con el mayor rigor de que fui capaz, usando las herramientas que empecé a adquirir en mi querido Instituto Jovellanos (el viejo), y que luego perfeccioné en la Escuela de Ingenieros Aeronáuticos de Madrid, y finalmente en el Instituto Tecnológico de Massachusetts", proclamó, poniendo voz a sus palabras, su sobrino. Pese a su carrera labrada en el extranjero, Manuel Martínez no se olvida de Gijón, que le ha dado una medalla que le "agobia de responsabilidad para corresponder de alguna manera".