La presidenta de la Autoridad Portuaria de Gijón, Rosa Aza, rechazó ayer exigir a las empresas que manejan carbones en El Musel que los almacenen a cubierto para evitar la contaminación atmosférica, como se hace en otros puertos, debido al coste económico y a la superficie que se necesitaría cubrir ante elevado volumen de carbón que llega a El Musel.

Aza explicó ayer, tras un acto público, las medidas que está tomando la Autoridad Portuaria para tratar de evitar que se repitan episodios como el del pasado viernes, cuando una nube de carbón en polvo de El Musel llegó hasta la playa de San Lorenzo. Las normas ambientales de la Autoridad Portuaria obligan a los concesionarios que manejen mercancías pulverulentas a "usar las mejores técnicas disponibles". Un ejemplo de estiba y almacenamiento limpio es la terminal que Gas Natural Fenosa en el puerto de La Coruña, por la que pasan 2 millones de toneladas anuales de carbón, a cubierto.

Aza considera que ese y otros ejemplos no son referencia para El Musel, un puerto "de primera división" en el manejo de graneles sólidos. "Puertos que muevan cantidades de carbón y de graneles parecidos a nosotros sólo están en España, y en menos cantidad, Tarragona, Almería y Ferrol. El resto, como Coruña o Santander, son puertos que mueven como máximo la séptima parte de graneles que nosotros; en definitiva la superficie de cubrimiento y el coste del mismo es mucho menor. Yo creo que no son comparables", señaló interpelada por una vecina de Gijón mientras la presidenta portuaria atendía a los medios de comunicación.

Aza señaló que la referencia para El Musel son los grandes puertos graneleros de Europa, como Amberes y Rotterdam, cuyas terminales "no están cubiertas". Por eso, indicó que "no puedes tomar una medida de un puerto que mueve pequeñas cantidades, porque no estás en la misma coyuntura, porque a lo mejor solucionas una cosa pero no solucionas el problema".

Las medidas que plantea El Musel son, por un lado, el riego de las pilas de carbón con agua cuando se carga o descarga el mineral o con agua y productos químicos que crean una fina capa de celulosa (tensoactivos), cuando las parvas están inactivas. Eso lo hacen los concesionarios en Gijón habitualmente "y si en algún momento vemos que no se está haciendo, se les recuerda", dijo.

A medio plazo, otra medida es el asfaltado de 105.000 metros cuadrados en la ampliación de El Musel, colindantes con el muelle de EBHISA, para facilitar su limpieza con agua cuando se levantan las parvas, evitando que quede polvo en la superficie que luego se lleve el viento. Ese es el origen de la nube del viernes, según Aza, que insistió en que la polución no se genera en las parvas.

El Puerto está ultimando el proyecto para el asfaltado, que espera contratar en septiembre y poner en marcha antes de fin de año, ejecutándolo por partes "para agilizar". El proyecto ya estaba en elaboración antes de la nube del viernes, apuntó Aza.

Si no se asfaltó antes esa parte de la ampliación, se debe a que había que esperar a que el terreno asentara tras la obra de ampliación de El Musel.

El plan de calidad del aire del Principado también prevé instalar pantallas en el parque de carbones de Aboño, aunque no en EBHISA ni en la ampliación. Aza señaló ayer que esa medida requerirá de la elaboración previa de un estudio de vientos, porque "lo que dicen los técnicos de diferentes puertos es que los apantallamientos pueden tener problemas y no se puede tomar la decisión alegremente", dado que las pantallas pueden acabar provocando remolinos que eleven el polvo de carbón llevándolo más lejos que si no estuvieran instaladas. "Por lo tanto, antes de decidir apantallar superficies tan grandes como éstas, hay que hacer un estudio muy serio de vientos, no vaya a ser que se realice la inversión y al final provoquemos un problema mucho más serio", apuntó. Respecto a por qué no se prevén apantallamientos en la zona colindante a EBHISA, indicó que "cuando estamos hablando de 105.000 metros cuadrados, se puede producir un remolino".

La venta de las acciones que la Autoridad Portuaria tiene en la terminal de graneles sólidos, EBHISA, de la que es el accionista mayoritario, será una oportunidad para acometer mejoras ambientales. La presidenta de El Musel señaló que las empresas que presenten una oferta deberán presentar un buen proyecto técnico para que se les valores su oferta económica y "una parte esencial de la oferta técnica es la inversión medioambiental"

"Hasta que venga alguien nuevo a EBHISA y realice esas inversiones", el Puerto mantendrá las actuales medidas medioambientales, añadiendo el asfaltado de los 105.000 metros cuadrados de "la trasera de EBHISA", además de vigilar que los concesionarios cumplan.