La perspicacia de una taxista, que se dio cuenta de que la mujer que llevaba de pasajera tenía la intención de acabar con su vida, fue determinante para que varios agentes de la Policía Local gijonesa pudieran evitar que la cliente acabara arrojándose al vacío, en el Cerro de Santa Catalina, a primera hora de la tarde del pasado lunes.

Según explicó ayer el Ayuntamiento a través de una nota, la mujer se subió al vehículoy pidió a la taxista que la llevara hasta el Cerro de Santa Catalina. En el trayecto, la conductora entabló conversación con la clienta. De la charla, la taxista dedujo que la intención de su pasajera era poner punto y final a su vida, por lo que avisó a la Policía Local.

Varias patrullas del 092 se trasladaron de forma inmediata hasta el lugar donde la mujer se había bajado del taxi y la acabaron localizando, por la descripción facilitada por la taxista, al borde del acantilado.

Cuando los agentes se estaban acercando, la mujer les rogó que mantuvieran la distancia para no arriesgar sus vidas tratando de salvar la suya. Al final sí la salvaron. Mientras dos agentes municipales distraían a la mujer, conversando con ella, un tercero se pudo acercar por detrás, sin que la mujer, desesperada, se diera cuenta, y la sujetó por la cintura antes de pudiera arrojarse al vacío.

Los agentes trasladaron posteriormente a la mujer hasta el Hospital de Jove, donde recibió asistencia. La colaboración de la taxista fue clave para evitar un desenlace fatal, resalta la Policía.