No sólo se trata de recaudar dinero para los más necesitados, que también. Se trata de hacer barrio, parroquia y comunidad. Voluntarios de La Resurrección y su párroco, Silverio Rodríguez Zapico, ultiman los detalles para poner en marcha este fin de semana su tradicional mercadillo solidario. Un encuentro que apunta a las tres décadas de historia y que se ha convertido en un clásico local de los primeros días de marzo.

A la venta se ponen artículos donados para la ocasión por familias y comercios del barrio de Laviada, trabajos de manualidades realizados por vecinos vinculados a la parroquia, elaboraciones de comida, sobre todo de repostería, de feligresas de la parroquia y muchas piezas textiles, algunas hechas a mano como una artesanía más.

El dinero recaudado sirve para atender las actividades de la parroquia y colaborar con Caritas en las necesidades a cubrir, que la crisis económica ha convertido en muchas y muy variadas. "Aquí hay unos cuarenta o cincuenta voluntarios que trabajan con mucho interés y muchísimo esfuerzo. El mercadillo es también una forma de hacerse presente en el barrio, de mantener la relación", explica el párroco.

El mercadillo estará operativo este sábado entre las cuatro y media de la tarde y las nueve de la noche. Al días siguiente las ventas comenzarán tras la misa dominical de las diez y media de la mañana para prolongarse hasta las siete de la tarde. Como marca la tradición, el cierre del rastrillo será una gran rifa.