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FERNANDO CORBALÁN | Matemático y divulgador científico

"Jamás en la vida vas a multiplicar a mano 43.218 por 317, hacerlo así no es necesario"

"Lo que hay que saber es el orden de las magnitudes, cuánto es un agujero de corrupción de mil millones, y estadística"

Fernando Corbalán, ayer, en su intervención ante los alumnos. JUAN PLAZA

El profesor aragonés Fernando Corbalán, uno de los mayores divulgadores de las ciencias matemáticas en España, participó ayer en uno de los talleres de Mathslab organizados por Laboral Ciudad de la Cultura para escolares de los centros educativos de toda la región. Una sesión divertida para amenizar las matemáticas y desterrar mitos como la importancia del cálculo. "Para eso están las calculadoras", advierte.

-¿A los niños les gustan las matemáticas?

-Yo creo que sí, aunque una experiencia bien habitual es que al principio, cuando los niños son pequeños, la aproximación a las matemáticas es más lúdica y les encanta. El problema es cuando parece que se les dice que las cosas empiezan a ser en serio y lo único que se hace es operaciones. Eso no le puede gustar a nadie. Hubo un tiempo en la historia de la humanidad en que era necesario que la gente supiera hacer las operaciones, incluso con muchos números. Pero eso ahora lo hacen las calculadoras y hay que hacer otras cosas.

-¿Cuáles?

-Hay que resolver problemas, hacer modelos, ver la belleza que hay debajo del conocimiento. Yo creo que hay pocas cosas más interesantes que el placer de entender cosas.

-¿En qué punto las matemáticas empiezan a dejar de ser bellas para los niños?

-Es un proceso continuo. En España tenemos la suerte de que todos hemos estado escolarizados, es algo que a medio mundo no le pasa. Además, sin que nos pregunten todos los años nos dan matemáticas en el colegio. Sabemos cuál es la experiencia escolar de las matemáticas: primero hay que hacer sumas, luego restas, luego restas más gordas, luego restas llevando, luego multiplicar... Nadie en su sano juicio hoy por hoy confiaría por ejemplo en un supermercado en el que le echaran la cuenta a mano. A cualquiera que haya ido a la escuela le han puesto a multiplicar 43.218 por 317, y eso en la vida jamás lo vas a hacer, ni falta que hace. Y si lo tienes que hacer, lo haces con calculadora, que todos llevamos encima ahora en el móvil.

-¿Qué es imprescindible saber entonces?

-El orden de magnitud de las cosas, saber si multiplicas 40.000 por 20.000 si te va a dar dos millones o doscientos mil. Eso sí lo tenemos que saber, y también algo que sin embargo no se hace, que es el manejo de grandes cifras, de grandes cantidades. Ahora hablamos de corrupción, de agujeros de mil millones de euros, y debemos saber cuánto es eso, a cuánto equivale. Hay que tener numerismo, que es el equivalente a estar alfabetizado y que no es saber calcular o conocer los números. Lo que hace falta saber son operaciones pequeñas, evidentemente, pero sobre todo el orden de magnitud de las cosas, aproximar de la manera que haga falta, y manejar grandes números. Y ahora en cuestiones de números también hay que saber entender las estadísticas, qué es lo que te dicen y lo que no te dicen.

-El problema es de base, de formación...

-Efectivamente. En otro tiempo igual hacía falta dedicar mucho esfuerzo a aprender los mecanismos del cálculo. Ahora no, y el asunto es que el tiempo que antes se dedicaba a eso se debe dedicar a otras cosas. Y eso es un despilfarro social, porque la estadística es el método que ha encontrado la humanidad para saber cómo es la sociedad. Pero si no entiendes lo que te dice una estadística es igual que no tener esa herramienta.

-¿Podemos olvidarnos de la tabla de multiplicar?

-Sí. Si se la saben no pasa nada, pero a lo que se tienen que acostumbrar es a manejar métodos mecánicos de cálculo. Una calculadora es además algo complejo, y en la escuela tienen que aprender a ser más hábiles con las calculadoras y los ordenadores para sacarles mucho más rendimiento.

-¿Qué papel tiene el juego en todo ello?

-Por lo menos es necesario un ambiente lúdico. No todo es juego, pero desde luego que no sea machacar y volver una y otra vez sobre lo mismo. Ahora se da la paradoja de que hay unos cuadernos de cálculo que están triunfando como una aplicación para móviles y tabletas, lo que quiere decir que no necesariamente hemos mejorado por introducir aparatos nuevos, da igual si haces lo mismo con una tableta o un cuaderno. Es igual de inútil.

-¿Para qué sirve una raíz cuadrada?

-En tu vida no te encontrarás con ninguna. Y si te la encuentras, hazla con una calculadora.

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