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La administrativa de una constructora, a juicio por quedarse con 250.000 euros

El fiscal pide cinco años de cárcel para la mujer, que imitó la firma de sus jefes en cheques al portador y cargó a la empresa sus compras on-line

Una mujer de 36 años y vecina de Oviedo hará frente a finales de mes a una condena de cinco años de cárcel como presunta autora de los delitos de estafa y falsedad documental. El fiscal encargado del caso asegura que la procesada aprovechó su puesto de trabajo como administrativa en una constructora con sede en Gijón para desviar a sus cuentas 250.000 euros.

Los hechos tuvieron lugar durante casi tres años, entre febrero de 2009 y noviembre de 2011, tal y como relata el representante del ministerio público en el escrito de conclusiones presentado ante el juzgado de instrucción que investigó los hechos. La Fiscalía mantiene que durante ese período de tiempo la mujer "tenía encomendado el pago a proveedores y empleados de la empresa para la que trabajaba", por lo que contaba con acceso directo a las cuentas bancarias de la firma en internet. Aprovechándose de su puesto de trabajo la administrativa "se dedicó a sacar dinero de las cuentas de la constructora" para ingresarlo en su banco. Además pagó con la tarjeta de empresa "compras que efectuaba para sí a través de internet". Y es que la mecánica de la estafa variaba.

El representante del ministerio público asegura que "en ocasiones la trabajadora transfería a sus cuentas dinero utilizando las claves proporcionadas por la empresa". Otras veces "emitía cheques al portador consignando datos de importe y fecha en los que imitaba la firma del administrador de la empresa para la que trabajaba". La mujer cobraba los cheques en el banco e ingresaba el dinero en su propia cuenta.

El fiscal explica que "para que dicha actuación no fuera descubierta y pasara inadvertida, la acusada remitía a la asesoría que llevaba la contabilidad de la constructora información irreal sobre la actividad de la empresa". La empleada llegó a informar de que los empleados de la constructora cobraban un salario superior al real para poder quedarse con el dinero sobrante.

En el año 2009 -el primero en el que pudo constatarse la existencia de la estafa- la querellada emitió nueve cheques al portador imitando la firma de su jefe. Se quedó con 19.000 euros. Al año siguiente acudió al banco a cobrar otros 26 cheques al portador. Además, y también durante 2010, emitió varias transferencias desde las cuentas de la constructora y pagó con la tarjeta de la empresa bienes que adquirió en internet. Ese año el desfalco fue de 93.370,83 euros, tal y como explica la Fiscalía. Pero el peor año fue el 2011. A los once cheques cobrados fraudulentamente habría que sumar transferencias por valor de más de 90.000 euros y pagos de compras online en supermercados o tiendas de perfumería. En total el desfalco llegó a los 138.049,22 euros.

Cuando fue descubierta por la empresa la trabajadora aceptó devolver parte del dinero. Reintegró 101.800 euros el 1 de diciembre de 2011 y cuatro días más tarde otros 105.020 euros. Es por eso que el fiscal acepta reducir la pena solicitada para la procesada al tener en cuenta el atenuante de reparación del daño.

Además de la pena de privación de libertad, la Fiscalía pide que se imponga a la acusada una multa de 2.640 euros y que devuelva los 42.600,05 euros que aún no ha reintegrado a la constructora. El juicio por estos hechos tendrá lugar en la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias.

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