Con más ganas que nunca, la Agrupación Artística Gijonesa salió ayer al escenario situado en el parque de Severo Ochoa, en Pumarín, barrio en el que el colectivo tiene su sede y que ayer cerró sus fiestas de San Miguel en una jornada con gran éxito de convocatoria. El mismo patrón que honraron ayer los vecinos de Serín, en una jornada que se ha convertido en gran día de reunión entre vecinos gracias a la estrecha colaboración entre la asociación vecinal y el Club Xente Xoven.

No se olvidó la parroquia rural gijonesa de sacar en procesión a su santo después de una misa en la iglesia parroquial. El tiempo respetó las celebraciones. Tras los actos religiosos, un centenar de vecinos se sumaron a una comida de confraternización en el salón parroquial. Cada uno de ellos aportó diferentes manjares demostrando el gran ánimo colaborativo que existe en la parroquia. Hubo quienes alargaron la fiesta durante toda la tarde.

Pumarín, por su parte, cerró ayer sus tres días de celebraciones en el parque Severo Ochoa. La guinda la puso por la noche "Assia", una de las orquestas más prestigiosas en el circuito de las fiestas de prau. Por la mañana la Asociación de Vecinos "Severo Ochoa" entregó el bollu preñau a sus socios y hubo tiempo para diferentes actuaciones folclóricas y juegos infantiles tradicionales.

La fiestas de Pumarín siguen creciendo después de que se recuperasen en 2012. Este año contaron con la animación organizada por los hosteleros del Barrio de la Sidra, que se encargaron de la barraca de la fiesta.

Pero especialmente emotiva fue la actuación protagonizada ayer por la Agrupación Artística Gijonesa. Ellos mismos reconocieron desde el escenario que era la primera vez que actuaban en las fiestas del barrio donde tienen su sede. Así, su grupo de baile echó el resto para satisfacer al numeroso público que lograron concentrar en el parque de Severo Ochoa, junto a las viviendas de obreros más típicas del barrio, las mismas que han visto renacer sus fiestas de San Miguel.