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ELENA DE LORENZO | FILÓLOGA Y PROFESORA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO

La dieciochista de los porqués

La recién nombrada directora del Instituto Feijoo del Siglo XVIII es una gijonesa tenaz del barrio de Laviada que sigue la mejor tradición universitaria asturiana

La dieciochista de los porqués

Rememora Elena de Lorenzo Álvarez que en la casa familiar del gijonés barrio de Laviada no había muchos libros. Así que conserva aún nítido el aspecto de aquella colección a cinco duros el ejemplar de la Biblioteca Básica de Salvat-RTV: de Unamuno a la "Historia de la pintura española" de Lafuente Ferrari. Fueron algunas de sus primeras lecturas. Modestos volúmenes a un precio asequible que contribuyeron mucho más que decenas de demagógicos planes ministeriales a despertar la curiosidad y elevar la cultura de las clases trabajadoras y medias. Y también, en el caso de esta mujer minuciosa, atenta y afable, la Biblioteca pública de Gijón. A veces, hay insospechados paraísos a la vuelta de la esquina. Hurgando entre aquellos anaqueles se dio cuenta, quizás, de que toda página contiene en realidad un aspecto del mundo. Un descubrimiento que hubieran suscrito, sin duda, los ilustrados que viene frecuentando con fructífera tenacidad desde que empezó a interesarse por una centuria cuya literatura, en España, ha sido enjuiciada más bien desde la indiferencia o el desprecio. Salvamos a Benito Jerónimo Feijoo, Torres Villarroel, Jovellanos, Cadalso, Leandro Fernández Moratín y pocos más.

La constancia, la fidelidad a un proyecto de investigación que es también una declaración de amor a un tramo insoslayable de la cultura española y asturiana, así como una serie de trabajos académicos de sobresaliente interés (un ejemplo, "Nuevos mundos poéticos. La poesía filosófica de la Ilustración"), la han convertido en la flamante directora del Instituto Feijoo del Siglo XVIII. Un centro de estudios que es una de las referencias internacionales de la Universidad de Oviedo y en el que releva a quien ella misma considera como uno de sus maestros, Álvaro Ruiz de la Peña. El profesor fue, precisamente, quien dirigió su tesis doctoral. ¿El tema? Ya se lo pueden imaginar: la poesía dieciochesca, tan desconocida y preterida.

En realidad, la nueva directora del Instituto Feijoo del Siglo XVIII se siente continuadora de una labor en la que sigue los pasos de quienes han sido, en buena medida, sus guías e inspiradores en la Universidad de Oviedo: desde el fallecido catedrático José Miguel Caso, fundador del centro, pasando por la también catedrática Inmaculada Urzainqui o el citado Ruiz de la Peña, que dirigió la institución durante los últimos ocho años. Un solvente grupo universitario que ha mantenido, por ejemplo, los "Cuadernos de Estudios del Siglo XVIII", que vienen editándose desde 1973, o la fundamental "Bibliografía Dieciochista", donde se recogen hasta treinta mil entradas sobre la materia. Y cuya mano ha sido indispensable para la última edición de las obras completas de Jovellanos (faltan sólo dos tomos) y para iniciar las de Feijoo, cuyo primer volumen, las "Cartas eruditas y curiosas", ha publicado ya KRK. Este instituto dieciochista custodia más de diez mil documentos que son una llamada para los estudiosos.

Elena de Lorenzo es una gijonesa de 1971 -la mayor de dos hermanos- que inició sus estudios en el entonces colegio del barrio, el Virgen Reina, para pasar después al Instituto Doña Jimena, donde hizo un Bachillerato de Letras que incluía Griego, Latín y Filosofía. Según avanzaba en los campos académicos de su interés mejoraban las notas. Está agradecida a Ángeles Cimadevilla, su profesora de Historia, una mujer sólida que le transmitió un afán por conocer los acontecimientos del pasado, los contextos, las preguntas y las respuestas. Y se despertó ahí un gusto también por la enseñanza. Total, que tomó la decisión de matricularse en la Facultad de Filología de Oviedo. A finales de los años ochenta la Universidad asturiana tenía el prestigio de catedráticos del fuste de Emilio Alarcos, Carmen Bobes o el mencionado Caso. Y llegaban otros, más jóvenes, que avivaron la vocación y la curiosidad de la estudiante: Virginia Gil Amate o Leopoldo Sánchez Torre.

El currículum de Elena de Lorenzo da pistas sobre la seriedad con la que ésta se tomó no sólo sus estudios de licenciatura, sino también su formación postdoctoral: estancias en la Universidad de París, en la de de Córdoba (Argentina) o en el Instituto de Lenguas Romances de la Universidad de Londres. En el año 2003, obtuvo un contrato como investigadora "Ramón y Cajal" en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Cinco años más tarde volvió a la Universidad de Oviedo, donde es profesora titular desde 2011. Más de sesenta publicaciones la convierten en una experta en el siglo XVIII. Formó parte, por ejemplo, del comisariado de la magna exposición "La luz de Jovellanos", que acogió Gijón para conmemorar el bicentenario del ilustrado. Y ha coordinado volúmenes tan sustanciales como "La época de Carlos IV".

Mujer de izquierdas y lectora sin interrupción, no es una obstinada que tiene a todas horas el foco puesto sobre el siglo XVIII, pese a lo que pudiera parecer. Es una dieciochista aventajada, sí, pero lo que la ha movido siempre son las causas, los motivos, las circunstancias que explican la biografía y los textos de tipos como Jovellanos -el personaje más significativo de su época-, Feijoo o el bueno de Meléndez Valdés, por no salirnos de esa centuria de luces y de sombras. No es raro verla, sin embargo, presentando libros de novelistas de ahora mismo o analizando la prosa que escriben los autores vivos asturianos. Se siente vinculada al territorio que la vio nacer. A la nueva directora del Instituto Feijoo la veremos siempre, como a los ilustrados de su frecuentación, en busca de razones que aclaren los porqués.

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