Las parroquias de Fano, Baldornón y Granda tuvieron este fin de semana sus citas vecinales de otoño en torno a la degustación de castañas y sidra dulce. El domingo la sede vecinal de Granda acogió a cerca de un centenar de personas que dieron buena cuenta de 50 kilos de castañas asadas, que se acompañaron de picadillo, sardinas salonas, sidra recién mayada y queso y dulce. En las antiguas escuelas de Baldornón y Fano el magüestu se celebró el viernes, con un complemento cultural que atrajo gran interés: la charla coloquio sobre "La fluorita en Asturias: yacimiento de la Viesca (La Collada)", explotación que se encuentra en el concejo de Siero, en los límites con la parroquia gijonesa de Baldornón y en la que trabajaron muchos vecinos.

Pedro Farias Arquer, profesor de Geología de la Universidad de Oviedo y Luis Rodríguez Terente, conservador del Museo de Geología de la Universidad de Oviedo, llevaron el peso de una charla que sirvió para descubrir a buena parte de los presentes que "los cristales de fluorita de Asturias, y concretamente los de La Collada, tienen reconocimiento mundial", explicó Rodríguez, citando por ejemplo que "tanto en el Museo de Historia Natural de Londres, como en el Museo Smithsonian de Washington, la fluorita de La Collada está expuesta como una de las joyas de sus colecciones". La fluorita comenzó a extraerse de La Collada en 1905, tras haber sido detectada la presencia de este mineral por el ingeniero Felipe Valdés Menéndez, que estaba al cargo de la construcción del fallido ferrocarril de Lieres a El Musel.

Durante ochenta años se explotó este mineral en la zona. "Nunca faltó mercado internacional para la fluorita de Asturias", reconoció Rodríguez. La crisis de la empresa estatal acabó con la explotación, que llegó a tener un peso importante en el mercado mundial con dos grandes filones: el de Josefa Veneros y el de La Collada. Desde hace algunos años Minersa explota el yacimiento de La Viesca, de donde sigue saliendo, según indicó Rodríguez, "fluorita muy pura" que se destina a usos industriales. Algunos vecinos, conocedores ya de la materia, completaron el coloquio con una muestra de minerales. Otros, la mayoría, descubrieron una joya del subsuelo.