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CARLOS MARQUERIE TAMAYO | Experto en ecosistemas de innovación abierta

"Tenemos que olvidarnos de Silicon Valley, la innovación nace de las empresas"

"Las universidades deben desarrollar productos que puedan aplicar a la industria y que se entiendan; vivimos en el mundo de la sencillez"

Carlos Marquerie, ayer, en Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Carlos Marquerie Tamayo (Madrid, 1959), especialista en estrategias de innovación abierta, impartió ayer en la Facultad de Comercio Jovellanos la conferencia titulada "Ecosistemas de Innovación, ¿cómo funcionan?", toda una declaración de intenciones en favor del desarrollo de soluciones para las empresas como camino para la innovación y el despegue de la economía. Marquerie es el fundador y presidente de una red colaborativa para el fomento de la innovación a través de una plataforma para conectar firmas, emprendedores, fondos e investigación.

-¿Qué es un ecosistema de innovación?

-La innovación está en la unión de cuatro grandes actores: las empresas, las startups, la Universidades y los empresarios. Y parte fundamentalmente de las empresas, todo ecosistema de innovación que ha crecido fuerte y con interacción entre los cuatro actores parte de las empresas. Tenemos que olvidarnos de Silicon Valley, es un error pensar él, es un error pensar en crear startups para dar el pelotazo. Ninguna startup está creciendo nada por eso. La innovación es clave para poder competir y la competitividad está en las empresas. Las startups tienen que trabajar con las empresas, hay que escuchar qué es lo que necesitan: si un hotel no sabe que está conectado a redes neuronales de inteligencia artificial tenemos que decírselo para ganar más valor. El ecosistema de innovación se da cuando los cuatro trabajan juntos.

-¿Son conscientes los cuatro actores de la necesidad de trabajar juntos?

-Para nada. De ahí la importancia de sensibilizar de que en economías como la asturiana, la española y hasta en Singapur las cosas se producen porque han escuchado a las empresas y se pone en marcha un entramado de innovación. Por parte de las Universidades en estadíos tempranos, y en el caso las startups en estadíos más avanzados, para dar respuesta a su economías locales. Y por ejemplo si una empresa de acero está conectada a nuevos materiales, generar startups de nuevos materiales; una empresa del plástico está conectada a dispositivos médicos sin saberlo, y hay que hacerles verlo. Tenemos que decir a las empresas que para competir tienen que conectarse a la innovación. Y tenemos que decir a las startups que para triunfar tienen que utilizar sus prototipos con las empresas. Tenemos que decir a los inversores que coinviertan con las empresas en las startups, y tenemos que decir a la Universidad que si no desarrollan definiciones de proyectos más sencillas, nadie les va a entender: la Universidad está obligada a hacer cosas que apliquen a la competitividad de las empresas.

-¿Lo saben las Universidades?

-Sí lo saben, pero es necesario que desarrollen productos que puedan aplicar a las industrias, que se entiendan. Hoy estamos en el mundo de la sencillez y la simplicidad, si eso no se produce, no va a haber tracción con la innovación.

-¿Cuál es el mensaje para los universitarios?

-Que sean emprendedores, y que conecten con la innovación. Si yo tengo un negocio de educación para niños tengo que conectar con la docencia. Está muy bien ese campo, pero si quiero trabajar en innovación tendré que conectar con algoritmos de neurociencia en educación para niños, por ejemplo. Esa es la gran diferencia, una cosa es una pyme, y está muy bien, y otra cosa es que el propio estudiante estudie y conecte con el mundo de la innovación, que traiga innovación a Asturias, activos inteligentes que sobre las que pueda plantear cosas que supongan que el inversor va a estar protegido.

-¿Es la solución para una economía regional como la nuestra?

-Absolutamente. Yo he visto economías pequeñas como puede ser la finlandesa, o como la de Medellín, en Colombia, que está creciendo muchísimo en los últimos tiempos, y son un ejemplo de que esto es posible. En España tenemos la costumbre de decir que somos los peores del mundo, que estamos muy atrasados con respecto al resto del mundo. Y tenemos un gran crecimiento potencial. Lo único que tenemos que hacer es escuchar y hacer las cosas bien, escuchemos a las empresas que no cuesta nada. Y desarrollemos la innovación para ellas con la creación de startups. Así habrá movimiento. Nosotros no podemos crear Airbnb, porque ni siquiera ellos sabían lo que iba a pasar cuando la crearon. Nosotros tenemos que ir conforme a la demanda de la innovación. Crear una oferta sin destino no tiene sentido. Y el fracaso se paga, humanamente y en las relaciones sociales y familiares.

-¿Tiene un techo la innovación?

-No lo tiene. Y además su crecimiento es exponencial. Lo que pasa que sí hay ciertas áreas que son muy difíciles de cambiar a corto plazo.

-¿Cuáles?

-Energía, ciencias de la salud, medio ambiente, tecnologías de la información y las comunicaciones avanzadas y nuevos materiales electrónicos.

-¿Por qué?

-Porque son desafíos mundiales, son áreas que concentran el 25 por ciento de la innovación mundial.

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