Ya no hay vuelta atrás. Las luces de Navidad se han apagado y con ellas la fiesta abandona la ciudad hasta el próximo cambio de año Solo queda desmontar. Ese adiós se hace extensivo a todo el complejo de ocio navideño instalado en el parque del Tren de la Libertad y que se ha convertido en la gran atracción de las fiestas. En el Solarón ha estado el corazón de la Navidad gijonesa con miles y miles de personas paseando o disfrutando de su gran árbol de Navidad, de un descenso por la montaña de nieve, de los equilibrios y desequilibrios en la pista de patinaje sobre hielo o posando como figuras de una bola de nieve gigante. Allí se hizo el encendido oficial de la iluminación navideña un ya lejano 22 de diciembre de 2016 y allí se clausuraron ayer oficiosamente los festejos navideños con el cierre de puertas a las diez de la noche.

A falta de contabilizar los registros oficiales de las ultimas jornadas, lo que ya es definitivo es que las atracciones han superado de largo los 30.000 usuarios. "Hemos doblado la participación del año pasado", explicaba ayer Ana Martín. El traslado del Bibio al Solarón y una pista más grande con 650 metros cuadrados -la de mayor envergadura de las instaladas en Asturias- han sido parte del éxito. Porque es la pista de hielo la que más atrae a los aventureros del frío. "Tuvo tres veces más gente que la montaña de nieve", concretó Martín.

La vuelta al cole y al trabajo tras disfrutar de los regalos de Papá Noel y los Reyes Magos también imponía ayer el adiós al carrusel clásico que hizo las delicias de los más pequeños en el paseo de Begoña. Desde el vecino teatro Jovellanos se despedían con una última gala los participantes en la VI Semana Mágica de Gijón, una iniciativa de José Armas "El ilusionista" que el éxito de ediciones anteriores llevó este año a extenderse hasta Avilés. El Jardín Botánico Atlántico fue otro de los escenarios de la Navidad gijonesa. Allí se instala desde hace tiempo el belén municipal con las figuras de tamaño natural que crea el artista Miguel Álvarez "El Ponticu".

Aunque quienes no quisieron ir hasta el Botánico tuvieron la oportunidad de disfrutar de los belenes diseñados y montados por los miembros de la Asociación Belenista de Gijón: uno a la entrada del centro de cultura Antiguo Instituto y otro en e Pueblu d´Asturies de temática marinera. La Navidad en Gijón también fue música coral, gospel, talleres especiales en los museos municipales, concursos de escaparates, mercados artesanos y mucho mucho deporte en la calle.