Incluso el cura de Verdicio, en Gozón, había hablado de las cosas raras que pasaban en una casa del pueblo, "vasos que vuelan, sartenes que danzan...". El cura hablaba de una gran dosis de fantasía, "¿quién va a creer eso en pleno siglo XX? Lo que necesita Verdicio son turistas y no gente que venga a ver almas en pena". Cuatro días más tarde vemos un artículo sobre un caso de histeria colectiva en Allones (La Coruña). El propio cura decía haber visto fenómenos extraños.