El biólogo vinculado a la Universidad de Oviedo Álvaro Bueno ha visto nacer el Jardín Botánico Atlántico de Gijón. Hasta ahora ha sido su conservador como integrante del equipo científico dependiente de la Universidad de Oviedo que todos los años firma un convenio, a tal efecto, con el Ayuntamiento de Gijón. La empresa municipal Divertia acaba de despedir a todo el equipo científico del Botánico.

-¿Por qué les han despedido?

-El problema se generó hace dos años, con la desaparición de la empresa municipal que gestionaba específicamente el Jardín Botánico con su integración en la también empresa municipal Divertia, que es la que gestiona los festejos, y eso ya lo dice todo.

-¿En qué sentido?

-Cuando alguien integra un jardín botánico en una empresa que se dedica a organizar festejos, la idea que tiene de un jardín botánico es la de un lugar para hacer fiestas y no otra cosa. Pero un jardín botánico es un museo, no un recinto para hacer festejos, es un lugar donde se hace investigación y conservación de plantas y donde se disfruta de las plantas también.

-¿Se refiere, por ejemplo, a los conciertos veraniegos?

-Claro, que pueden estar muy bien como complemento, pero no pueden ser el espíritu ni el alma de un jardín botánico.

-¿Fue lo que les enfrentó con Divertia?

-No exactamente. Hace dos años dejó de haber un director gerente del Jardín Botánico y el último año, en 2016, el director gerente pasó a ser el de Divertia, que es una empresa muy grande y me figuro que el Botánico, como es una empresa pequeñita dentro de Divertia, pasó a un segundo plano. En realidad, vivimos dos años de ausencia de dirección y de todo el personal que trabaja en el Botánico, que dependan de Divertia solo hay tres, el resto son empresas subsidiarias. Un sitio que se gestiona con muchas empresas diferentes necesita una buena dirección y coordinación. Eso ha supuesto que el mando, de hecho, lo hayan tomado dos personas, que son el jefe de administración y la jefa de conservación, que tienen una idea muy distinta de lo que debe ser un jardín botánico y lo que quieren es, en el fondo, mandar. Y nosotros lo que hemos sufrido desde hace dos años ha sido un acoso laboral para que el equipo científico se vaya del Botánico, para ellos sobramos.

-¿Es el fondo del enfrentamiento?

-El enfrentamiento es entre la parte científica y de conservación que desarrollaba la Universidad de Oviedo y la parte municipal que gestiona el recinto, que quiere dar un sesgo más festivo y donde le molesta que les demos trabajo con nuestros proyectos de investigación, aunque es el "leitmotiv" de un jardín botánico. La concepción que tienen esos dos trabajadores municipales es que el Jardín Botánico Atlántico tiene que ser un parque como el de Isabel la Católica.

-Pero por encima de esas dos personas está un concejal...

-Si aquí hay alguien responsable es la dirección de Divertia, que tiene que tener claro cuál es la función de un jardín botánico y poner en orden el asunto, pero como durante dos años no hubo dirección eso ha motivado a esos dos trabajadores, pero amparados o tolerados por Divertia, donde están enterados desde el principio del conflicto que había, pero en ningún momento han puesto solución al asunto. Ellos lo plantearon desde un principio como un problema personal contra mí, como si fuera el responsable de algo.

-¿El retraso en la apertura de los nuevos espacios del Botánico, anunciados para años atrás, tiene que ver con esa falta de dirección?

-Claro, tiene mucho que ver. Al final la eficacia es muy pequeña. No hay dirección y el Jardín Botánico se ha convertido en la ley del mínimo esfuerzo al no haber nadie que dirija por parte del Ayuntamiento. Además, para que un botánico como el de Gijón tenga futuro deben estar implicados, en una especie de consorcio, el Ayuntamiento, la Universidad de Oviedo y el Principado, pero si la parte científica se hace mediante un convenio que se firma cada año y el Principado no está dentro, no tiene ningún sentido. La conservación de la flora es de competencia autonómica y la función principal de un jardín botánico es conservar la flora.