Mandil en ristre y las manos en la masa. Una decena de niños de La Camocha protagonizaron ayer un singular concurso, al estilo del televisivo "Masterchef Junior", para demostrar sus habilidades en el mundo culinario. Hubo ingredientes prefijados, sugerencia de recetas y un exigente jurado compuesto por los padres de los pequeños.

La actividad se desarrolló de la mano de la sección de participación infantil de la asociación Abierto Hasta el Amanecer, que lleva ya varios años dinamizando las actividades lúdicas de los más pequeños en La Camocha. Una vez al mes se organizan diferentes dinámicas y proyectos a petición de las familias, que son las que proponen a los monitores qué les apetece en cada momento. Y en esta ocasión, aprovechando el tirón de los programas de cocina, dedicaron la mañana de ayer a inculcar a los niños el amor por la comida.

El menú se compuso de ingredientes fríos, y los pequeños, divididos en dos equipos, tuvieron que elaborar tres platos. De sus manos salieron entremeses con pan de molde, paté y palitos de pan, ensaladas, natillas con sirope de caramelo y fresas con nata para el postre. Al final hubo equipo ganador, previa degustación de los padres, pero en realidad hubo premios para todos: libretas en forma de chocolatina y bolígrafos con forma de alimentos.

Porque la idea, por encima de todo, es la de que los pequeños aprendan y lo pasen bien, que puedan manipular la comida de forma sencilla y conocer de primera mano unas nociones básicas para ayudar en casa a preparar la comida.

El próximo mes se celebrará en La Camocha un nuevo taller infantil, en esta ocasión dedicado al Carnaval, al igual que ya se hizo con el concurso de disfraces de Halloween, con la visita del Príncipe Aliatar a los pequeños en las pasadas fiestas de Navidad o con los campamentos urbanos que se organizan cada año en vacaciones escolares.

No en vano La Camocha cuenta con numerosa población infantil con la llegada de familias jóvenes en los últimos años, y la demanda de actividades de ocio ha crecido mucho. Para divertirse y aprender cada día algo diferente. También entre fogones.