El título del artículo hacía referencia al nuevo Palacio de los Deportes, en La Guía, que se estaba terminando (con seis meses de demora) y al antiguo basurero que allí había antes: una joya en lo que era un vertedero público. Los gastos llegaban a los 1.200 millones a los que ahora había que sumar 63 más "para instalar un marcador de cuatro caras en el centro de la pista". Como siempre en Gijón la polémica estaba servida. Para algunos era una joya para otros "faraónico y con aspecto de nave industrial".