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Día de la Mujer en Asturias

Las mujeres ingenieras: "Hasta hace poco tiempo éramos bichos raros"

Las profesionales llaman a perder el miedo a las carreras técnicas, porque "lo que se necesita es gente capaz por encima del sexo"

presente y futuro. ÁNGEL GONZÁLEZ

Las mujeres escasean en las carreras técnicas. Y por lo tanto, siguen siendo pocas en el mundo laboral asociado a estos ámbitos de trabajo, especialmente en la ingeniería. "Éramos unos bichos raros hace unos años", reconocen las que llevan tiempo en un mundo más masculino que femenino. Pero las que están, lo hacen encantadas y llaman a las chicas a sumarse a un mundo "en el que lo que se valora es la capacidad y la valía por encima de todo". El problema, apuntan, viene de antes: "hay un miedo a las Matemáticas que no es normal, y que hace que ya desde pequeñas las niñas huyan de la frustración y elijan otros campos".

Así lo percibe la ingeniera informática Natasha Casanovas, directora técnica del Grupo Futuver, consultora tecnológica con sede en el Parque Científico de Gijón. Ella llegó de Cuba hace 25 años, recién licenciada, y ha desarrollado toda su carrera en España. "Me sorprendió mucho ver cómo aquí existe un gran respeto por las matemáticas, es algo que en mi país no ocurría y que creo que lastra la decisión de muchos, especialmente entre las niñas, de cursar una carrera técnica, es algo que me cuesta entender pero es cierto que igual genera miedo hacia este tipo de profesiones cuando son maravillosas, un reto que resolver cada día que genera una gran satisfacción", afirma Casanovas. En su caso, en cambio, la experiencia es "muy buena, porque es cierto que en reuniones de alto nivel a veces he sido la única mujer, pero no ha supuesto ningún problema".

Como tampoco lo ha supuesto para María Alonso, recién graduada en Ingeniería Mecánica. "A veces en clase de 20 alumnos éramos cinco chicas, pero nunca me he sentido excluida ni rara por ser tan pocas mujeres; de hecho me doy más cuenta ahora que entonces de lo pocas que éramos", asegura, resuelta a hacerse hueco en un mundo laboral dominado por los hombres. "Igual la ingeniería se asocia todavía al trabajo a pie de obra, con casco y en un taller, y por eso atrae a menos mujeres, pero es por desconocimiento; también se puede trabajar en una oficina y no me importa hacerlo rodeada de hombres, de mujeres o de lo que sea", reflexiona la joven.

Al igual que Casanovas, María Alonso considera que el problema de la falta de vocaciones técnicas entre las chicas "viene de abajo". Porque en las jornadas que el pasado lunes se celebraron en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón "la mayor parte de los estudiantes de Bachillerato técnico que asistieron fueron chicos; las chicas ya van discriminando este tipo de estudios desde el Instituto".

Una brecha de género que "no tiene sentido" porque "lo que se busca son personas capaces, por encima del sexo", confirman los responsables de Futuver, donde se ha alcanzado la paridad entre sexos "sin planteárnoslo, contratando a la gente por sus méritos". En todo caso, Natasha Casanovas lo tiene claro. "La mujer tiene una serie de cualidades fantásticas: es constante, tenaz y sacrificada, y eso es muy bueno en cualquier trabajo; más en la ingeniería".

Y a su lado, la recién graduada María Alonso asiente. "No hay que tener miedo, las carreras técnicas son para todos y las oportunidades, si lo haces bien, son muy buenas".

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