El proyecto para dotar a Cimadevilla de una pista polideportiva cubierta, poniendo techo y paredes a la actual cancha al aire libre ubicada en el Cerro de Santa Catalina, va a contar con las alegaciones de la Unión de Comerciantes. Portavoces de la entidad no dan crédito a que, como argumentación para apuntalar el proyecto, que estará sometido a información pública durante un mes, desde el Servicio de Urbanismo del Ayuntamiento gijonés se haya incluido como objetivo a conseguir "que los comerciantes puedan utilizar el espacio para organizar mercados dominicales que tanta actividad generan fuera del horario comercial habitual, o cualquier otra actividad a cubierto". Un objetivo que se suma a las principales necesidades planteadas por los vecinos del Barrio Alto, que nada tienen que ver con mercados y que se fundamentaban en dar la posibilidad a los alumnos del colegio Honesto Batalón de tener una pista escolar cubierta, así como dotar al barrio de un espacio de juego cubierto y de una zona útil para todo tipo de actividades vecinales.

Carmen Moreno, gerente de la Unión de Comerciantes, lamentó ayer que "nadie del servicio de Urbanismo haya consultado con nosotros la conveniencia o no de disponer de un espacio para mercados dominicales en el Cerro de Cimadevilla". Moreno también pone en cuestión el hecho de que un proyecto urbanístico como es el estudio de detalle en el que se fundamenta la intervención en el Cerro "se incorpore una propuesta de usos que nada tiene que ver con el urbanismo, y lo haga sin conocer ni respetar la instrucción reguladora de mercados que existe en el propio Ayuntamiento".

Esa instrucción deja claro, según lo aprobado para este año, que en la zona Centro y Cimadevilla sólo se pueden celebrar en temporada alta los mercados que ya están consolidados -el Ecológico y Artesano que se celebra en la plaza Mayor- y en temporada baja se puede sumar uno de promoción municipal. Sin tener "ninguna información previa" del interés municipal por llevar al Cerro algún mercadillo, portavoces del comercio local sólo podían ayer especular con la posibilidad de que el Ayuntamiento pudiera estar interesado en liberar a la plaza Mayor de algunas de las citas comerciales.

A vueltas con el parque

Otro foco de discusión se sitúa sobre el emblemático parque de Isabel la Católica. El gobierno local está en fase de realización de un plan de usos para el mismo, del cual ya hay un borrador que incluye como utilizaciones autorizables ferias y mercadillos. Sin embargo, entidades conservacionistas discrepan con este borrador y piden que se prohiba la celebración de cualquier mercadillo o feria en el parque, al entender que es un lugar de tranquilidad y pueden afectar a su biodiversidad.

Fernando Hernández Gabarri, presidente de la cooperativa romaní de vendedores ambulantes de Gijón, se mostró ayer preocupado ante la posibilidad de que esta postura de los ecologistas pueda afectar a un mercadillo que su colectivo quiere organizar. Por ello, quiso aclarar que "el que pretendemos organizar en esa zona no se haría en el interior del parque, si no en la calle Torcuato Fernández Miranda, empezando en el cruce con la Avenida de Castilla; se situaría en la zona de acera ancha hasta llegar, como mucho, a la altura del hotel Tryp Rey Pelayo".

Hernández afirma que "cuando en su día solicitamos esa ubicación ya lo hicimos pensando en que el parque es uno de los pulmones de la ciudad y en causar el mínimo impacto a su fauna". Y agrega: "También nos preocupa la conservación en buenas condiciones de los espacios verdes de la ciudad y por eso adaptamos nuestro proyecto para una zona fuera del parque". Asegura que está de acuerdo con los ecologistas en que no se permitan mercadillos en el interior del recinto del Isabel la Católica.