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Sebastián Miranda habla de "Miguelón la Mirla"

Me lo decían: "No debe ir don Sebastián, es una temeridad. Miguelón fue un gran marinero hace treinta años, hoy está cascao y viejo". El día amaneció espléndido, con mar tranquila y no había otro remedio. "Vuelva don Sebastián que lo van a afogar", me decían desde el muelle, y yo me reía al oír las injurias que salían de la boca de Miguelón. Doblamos la punta Lequerica, salimos mar afuera y de pronto el agua empezó a entrar por el fondo de la lancha. "Levante las piernas y eso lo arreglo yo en un periquete", me decía, "estoy seguro que esto es hijo de alguna mala madre que desclavó algunas tablas, a propósito don Sebastián, ¿sabe usted nadar?".

Cuando mayor era mi angustia apareció una gasolinera que venía a toda marcha. En la proa y de pie, Za-Za, que había previsto lo que iba a ocurrir y nos remolcó en pocos minutos. Jamás olvidaré la gallarda actitud de Za-Za, en pie como un mascarón de proa, y me prometí coronar con su figura mi abortado Retablo del Mar.

Sebastián Miranda. Diario "ABC", 5 de octubre de 1962

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