No se entendería la política asturiana de los últimos treinta años sin la presencia de Mercedes Fernández, Cherines. Dicen que es incombustible; su trayectoria no siempre ha estado colmada de laureles, pero ha sabido resistir. Aparte de la imagen que cada uno pueda formar de ella, en el cuerpo a cuerpo gana muchos enteros. Salta a la legua que es inteligente, segura de sí misma y buena conversadora; no eludió ninguna pregunta. Su itinerario está marcado por la honradez, así que dejo para la oposición sus posibles censuras.
-Defínase, por favor.
-Nací en Gijón, hace 56 años. Me considero una mujer fuerte, trabajadora, optimista y enamorada. ¿Qué de quién? De Luis Francés, mi marido; tan enamorada como el primer día, y por mis indicios creo que él piensa lo mismo con respeto a mí.
-¿De pequeña jugaba a las mamás?
-Sí, pero más a las profesoras. Sentaba a mis muñecas en la cocina y reproducía con ellas la clase que acababa de tener, de manera que mi madre se enteraba de todo.
-¿Siempre quiso ser política?
-No, comenzó a tentarme en la Universidad cuando estudiaba Derecho; la facultad era un hervidero. En la selectividad había sacado la nota más alta de Asturias, pero entonces esto no salía en los periódicos. Luego hice Ciencias Políticas y Sociología, un tiempo en que dejé la política a un lado, ya que alternaba los estudios con el trabajo. Me afilié en 1978, y al poco tiempo me pusieron en las listas del Ayuntamiento con el número 5 y salí concejala.
-¿Le molesta que digan que es usted un animal político?
-No, lo acepto, no es una expresión ofensiva.
-¿Le gustaría que Albert Rivera militara en el PP?
-No lo conozco, pero podría ser una buena opción para él.
-¿En sus introspecciones qué pasa: canta, recita, reza, o maldice a Podemos?
-No maldigo a nadie. Mi madre dice que huya de las personas que aseguran que todo lo hago bien. Así que analizo mis comportamientos.
-¿Si hubiera tenido hijos, le gustaría que fueran políticos?
-Sí, sin duda, y les daría buenos consejos.
-Iba ligera de Cascos y echó el freno, ¿le costó tomar esa decisión?
-Me costó mucho, pero me rompió por dentro la decisión de él. Habían sido muchos años trabajando por y para Francisco Álvarez Cascos.
-¿A quién admira?
-En lo inmediato a mis padres y en lo político, pese a no admirarlo en su momento, a Adolfo Suárez. Hoy tengo que reconocer su labor.
-¿Piensa morir con la botas puestas?
-No, de eso estoy segura.
-A la gaviota del PP se le ha desprendido el ala de la esperanza.
-Esperanza Aguirre acertó en dimitir. Es una mujer con un alto nivel de autoexigencia, y siendo coherente con esto tenía que irse.
-Hablando de alas, ¿habrá AVE en Asturias?
-Sí, vamos a hacer lo posible por arrancarle al ministro las mejores fechas, las más rápidas.
-¿A quién expulsaría del campo de juego?
-A Podemos.
-¿Y del hemiciclo?
-Al diputado de Ezquerra, Gabriel Rufián, me ofende.
-¿De qué se arrepiente?
-De muchas cosas, pero no las digo.
-¿Con qué se siente más indulgente?
-Con los errores que se comenten por amor, cuando la pasión nubla la razón.
-¿Si volviera a empezar seria política?
-Sí, he sufrido grandes sinsabores, pero también muchas satisfacciones.
-Dicen que un buen político tiene algo de maquiavélico, ¿y usted?
-Me precio de ser una buena estratega, pero maquiavélica suena muy fuerte.
-¿Dice tacos de boca para dentro?
-Sí, y también de boca para fuera.
-¿Es usted incombustible?
-Soy resistente.
-¿Quién dirige su casa?
-Al alimón entre mi marido y yo. Sólo me reservo la parte decorativa, en la que Luis es un desastre. A mí me gusta mucho conseguir rincones bonitos, combinar colores? Me precio de tener un buen sentido estético.
-¿A qué teme?
-A la enfermedad de los míos.
-¿Su día más triste?
-El 11-M. Yo era delegada del Gobierno, y ese día íbamos a inaugurar la comisaría del Coto. La primera noticia era que el director general de Interior no venía a Asturias cuando estaba comprometido. Hablé con la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, y decidimos suspenderla; estaban llegando noticias terribles.
-¿Y el más feliz?
-La primera vez que tomé posición de mi acta de concejala; fui feliz.
-¿Qué talento añadiría a su personalidad?
-Una buena voz para cantar bien. Me gusta mucho cantar y lo hago, pero regular. Es un don que aprecio mucho.
-¿De las labores domésticas, cual prefiere?
-Planchar.
-¿Cuál es su plato preferido?
-Los calamares en su tinta con arroz blanco. Y si están pescados por Piti, mejor.
-¿Qué película volvería siempre a ver?
-Memorias de África. Creo que la he visto al menos diez veces.
-¿Macron o Le Pen?
-Macron. Pero no me gusta que las iniciales de su partido, "En Marcha", coincidan con las suyas, Emmanuel Macron. Además hoy por hoy no tiene una estructura de partido.
-¿Es usted monárquica?
-Soy constitucionalista.
-Y del Gobierno de la Nación, ¿con quién se queda?
-Con la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal.
-Califiquemos a la oposición, sobre diez: Javier Fernández, Patxi López, Pedro Sánchez, Susana Díaz?
-A Javier Fernández, 4. Patxi López, 2. Pedro Sánchez, 0, y Susana Díaz, 3.