El espolón

Se trata de una patología con alta incidencia, ya que, según estudios recientes, una de cada cuatro personas la padece en algún momento de su vida. Lo que significa que un gran número de consultas en nuestras clínicas tiene relación con esta formación ósea anómala.

Hay una falsa creencia extendida en la población por la cual se cree que el dolor en esta patología es generado por el espolón, que, debido a su forma de lanza, se clava en nuestra planta del pie generando ese dolor tan característico, punzante, cuando iniciamos la marcha. Es obligación de los profesionales sanitarios informar a nuestros pacientes de la causa real del dolor.

"El espolón no duele". Así comienzo muchas veces mis consultas. La patología causante del dolor y de la formación ósea en el talón en forma de lanza se trata de una fascitis o fasciosis.

Debido a distintas causas, como son el exceso de peso, la edad, la genética, biomecánica, etcétera, se genera en el paciente un exceso de tensión en su fascia, y esto causa fricción de la estructura sobre el hueso del talón, lo que genera la formación tan característica del espolón.

Es importante no solo tratar la patología del paciente, sino también que conozca lo que le pasa y entienda nuestros tratamientos. En este caso, van encaminados a tratar la fascitis, que es la causante del dolor, y no, como se piensa muchas veces, a intentar eliminar dicho espolón.

El primer paso siempre es realizar un diagnóstico correcto, ya que hay multitud de patologías con sintomatología y localización similares. Para ello, en la clínica contamos con los últimos avances en diagnóstico ecográfico y radiológico.

Una vez identificada la patología, los tratamientos cambian en función del paciente y de la evolución de la fascitis, pudiendo variar entre tratamientos no invasivos, mediante fisioterapia, hasta el uso de infiltraciones o electrólisis.

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