"Son propuestas que el movimiento vecinal viene pidiendo, pero nunca se habían plasmado con tanta rotundidad". Así define Adrián Arias, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, el nuevo plan de movilidad presentado esta semana por el Ayuntamiento de Gijón, con el que se pretende devolver la ciudad a los peatones , minimizando el uso del vehículo privado.

"La propuesta pacifica la ciudad, da prioridad a los vecinos en la ocupación del espacio público, que estaba colonizado por los coches", asevera Arias. Por ello, el representante vecinal ve en este nuevo plan un camino hacia "una ciudad más integral y accesible, en la que todos quepamos", pero, asegura, "no una ciudad de hoy para mañana, si no que tenga vigencia dentro de 10 o 20 años", para lo que estima imprescindible el papel del transporte público que "tiene que ser fundamental".

Las asociaciones de vecinos que más modificaciones van a sufrir por el nuevo plan -Cimavilla, Centro, La Arena y Laviada-, aseguran estar "contentos pero prudentes". Los más beneficiados a priori, son los vecinos del Barrio Alto, ya que en el proyecto se incluyen "varias de las propuestas que habíamos solicitado", como enfatizó Sergio Álvarez, presidente de la Asociación de Vecinos Gigia de Cimavilla.

La más aplaudida, quizá, la implantación de "autobuses lanzadera", que se incluirán en esa línea circular de transporte público que dará mayor servicio a los vecinos del Barrio Alto y del centro. Por contra, la medida más controvertida es el cierre de Cimavilla a los coches, convirtiéndose en una zona de prioridad residencial y con accesos muy restringidos. "Nosotros queríamos que se impusiera este modelo en una parte del barrio, no en todo", aseguró Álvarez, así que "tendremos que discutir y ver cómo se puede amoldar a nuestras preferencias".

Los vecinos de la zona centro, por su parte, ven factible que puedan "convivir personas y coches, como en la calle Covadonga", un ejemplo a seguir por su "gran seguridad", aseveró Maite Cuevas, vicepresidenta de la asociación de vecinos Jovellanos, por lo que abogan por un modelo que conduzca a "sacar cada vez más los coches del centro, que los residentes tengan aparcamientos y los que vengan de fuera puedan estacionar en otros lugares".

Más reticentes se muestran los vecinos de La Arena. "Va a sentar bastante mal a los vecinos el hecho de ampliar la zona ORA", asegura Tita Caravera, presidenta de la asociación vecinal, en referencia al mal endémico del barrio, la falta de estacionamiento, aunque estima la peatonalización como una buena línea a seguir.

En Laviada, se apoya la propuesta de crear "aparcamientos disuasorios", como el de Peritos, una "petición expresa", de la asociación vecinal, como aseguró su presidente, Florencio Martín, quien aboga por la colocación de otro similar, frente al Albergue Covadonga.

Pero esta modificación no solo afecta a los vecinos. Desde la Unión de Comerciantes se enfatiza que "en la ciudad comercial tiene que tener preferencia el peatón, para facilitar el acceso", aunque creen imprescindible "crear zonas de carga y descarga" perfectamente reguladas, todo ello cimentado, nuevamente, en "un transporte público de calidad y barato", arguyó su portavoz, Carmen Moreno.

Por último, el gremio de taxistas se resigna ante lo que consideran "medidas de choque que habrá que cumplir", en lo referente a la disminución de la velocidad, aunque siempre que "se nos permita acceder a las zonas más restringidas como a los vehículos de emergencias", solicitan desde el colectivo.