Los guardias civiles que realizaron los primeros informes sobre el supuesto fraude de subvenciones en Mina La Camocha, los ratificaron ayer en la tercera sesión de la vista oral, que se celebra en el juzgado de lo penal número dos de Gijón. Se trata de la repetición de un juicio que ya se había celebrado en 2014 y que fue anulado al considerar la Audiencia Provincial que la magistrada que entonces estaba al frente del juzgado se extralimitó en sus interrogatorios a testigos y acusados. Todo lo dicho en aquel juicio no existe para la Justicia, como se encargó de recordar el nuevo magistrado, Luis Ortiz Vigil, a uno de los abogados defensores cuando intentaba preguntar, a un agente de los que testificaron ayer, en base a lo que había declarado en 2014.

Los planteamientos de las acusaciones y la estrategia de las defensas del presidente de Mina La Camocha, Manuel Martín; de la apoderada Margarita García; del apoderado de Hullas del Coto Quirós y Trabajos y Explotaciones (Trabex), Guillermo Honrubia y del administrador único de Coto Quirós, Ángel Manuel García Brugos, siguen siendo las mismas de hace tres años. Las declaraciones como testigos de los guardias civiles, en esencia también se están repitiendo.

El supuesto fraude de subvenciones en Mina La Camocha se remonta a los años 1998 a 2000, cuando la explotación minera gijonesa revendió a la térmica de Aboño unas 98.000 toneladas de carbón importado usando como tapadera a Trabex o de cielo abierto de Coto Quirós, mezclado con la producción propia. El supuesto fraude se cifra en cerca de 17 millones de euros.

La investigación la inició de oficio la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón a mediados de septiembre de 1999, al enterarse del traslado de carbón importado por barco, hasta la explotación minera gijonesa. Al poco pasó a ser controlada por la Unidad Central de Investigación Fiscal y Antidroga (UCIFA), hoy desaparecida e integrada en la UCO.

La UCIFA realizó cinco informes en 1999 y 2000, cuyos contenidos fueron ayer ratificados por los dos oficiales al frente de aquel operativo. Los informes fueron la base de la denuncia formulada por la Fiscalía Anticorrupción, que dio paso a la investigación judicial.

Con el apoyo de agentes de la Comandancia de Gijón, la UCIFA vigiló la descarga de seis buques con entre 3.000 y 30.000 toneladas, que dejaron 48.419 toneladas de hulla en los puertos, de las que comprobó el envío de más de 13.000 a Mina La Camocha. "Se comprobó que una gran mayoría, sino en su totalidad, se llevó en camiones a Mina La Camocha", señaló ayer un Guardia Civil. El material se depositó en un una explanada, La Topera, donde supuestamente se mezclaba con carbón de la mina. La mezcla se enviaba a la térmica como producción propia de Mina La Camocha. En los informes de la Guardia Civil se señala que una parte de los camiones pertenecían a González y Díez, que entonces era una filial de la mina gijonesa.

En las declaraciones de ayer salió a colación un informe del Ministerio de Industria de 1999 sobre la detección de carbones de diferentes calidades entre los aportados por Mina La Camocha a la térmica de Aboño, con disminución del poder calorífico y cenizas típicas del carbón de cielo abierto de Hullas del Coto Quirós, mina perteneciente también al mismo propietario que Mina La Camocha.

En la documentación incautada posteriormente, en el registro de las oficinas de Mina La Camocha en 2001, aparecieron datos de que entre 1998 y 1999 Hullas del Coto Quirós había producido unas 39.800 toneladas más de las declaradas, que en su mayor parte supuestamente se enviaron a la mina gijonesa. También se cotejaron los partes diarios de producción de Mina La Camocha con la contabilidad oficial de la explotación, en la que figuraban 83.314 toneladas más de las que sumaban los partes. En el último cuatrimestre de 1999, la mina gijonesa también declaró una producción superior a la de los meses precedentes, a pesar de que en ese cuatrimestre trabajaba sólo la mitad de la plantilla, al estar la restante regulada de empleo.

Cuando la Guardia Civil echó el ojo a la Mina La Camocha, ésta sólo había suministrado a la térmica 132.873 toneladas, esto es, 49.526 toneladas menos de las que estaba obligada a entregar para cumplir el contrato con la térmica, de lo que a su vez dependían las subvenciones. El contrato le obligaba a entregar al menos el 75% del cupo de la mina, que en 1999 era de 242.000 toneladas.

El carbón importado se adquiría a brokers de Suiza y Francia y en los despachos de aduana Mina La Camocha no figuraba como destinataria, sino que figuraban Trabex o Combustibles y Carbones Avilés, que lo vendía posteriormente a Trabex. Esta empresa, junto a Hullas del Coto Quirós actuaban como tapaderas, supuestamente falseando las facturas a Mina La Camocha, en las que en lugar de figurar la venta de carbón, figuraban otros servicios de difícil comprobación.