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Una cúpula que vuelve a coronar la calle Corrida

El conocido como "edificio Sarri" o "Siemens", proyectado en 1911 por Miguel García de la Cruz, encara la recta final de su reforma con la recuperación de un elemento singular

A la izquierda, el edificio tal como lucía en las últimas décadas; a la derecha, recreación de cómo quedará.

Una grúa devolvió ayer un hito a la calle Corrida. Un punto de mira que no pasa desapercibido a nadie que pasee ahora por la calle señera de Gijón, y menos cuando dentro de un par de meses se levante el telón que esconde las obras de rehabilitación integral del edificio "Boulevard", en la calle Corrida número 1, esquina con San Antonio y San Melchor de Quirós. Un inmueble, proyectado en 1911 por el reputado proyectista Miguel García de la Cruz -quien fuera arquitecto municipal (1903-1932)-, y que está considerada una de las joyas locales de la arquitectura modernista.

El edificio fue hecho en su día por impulso del ovetense Antonio Sarri Fernández Valdés, -heredero del indiano Antonio Sarri de Oller, primer marqués de San Feliz, fundador de la Caja de Ahorros-, de ahí que una parte de Gijón conociera el inmueble, que tenía una vivienda por planta, como "edificio Sarri"; otra parte de la población más tarde lo bautizó como "edificio Siemens", al acoger en una planta las oficinas de la firma.

Pese a su destacado valor como inmueble modernista, con elementos de inspiración gaudiniana, Gijón lo vio languidecer y perder su prestancia durante las últimas décadas, en las que ya había quedado incluso desprovisto del elemento de remate, una singular torrecilla calada con óculos, que hubo de desmontarse por problemas estructurales. Ahora, el inmueble está volviendo a la vida gracias a la promotora asturiana Zoom Empresarial -uno de cuyas marcas es Mayers-, al arquitecto Julio Valle y a la reforma que para ellos está ejecutando Procoin desde hace un año. Esa revitalización incluye, no por obligación municipal sino por decisión de la propia firma, la coronación del trabajo con una torrecilla "con la que queremos recuperar un poco la memoria del edificio. No se trata de una recreación, ni una copia de lo que en su día proyectó García de la Cruz, que ni podíamos ni queríamos hacer, sino que lo que quisimos fue recuperar el volumen y la esencia con la que nació esa casa", explicó ayer José Manuel Ferreira, que junto a Eduardo Carbajo son los representantes en Asturias de la promotora.

La torre es una estructura metálica ligera, con un uso puramente ornamental, cuya definición fue consensuada entre varias propuestas de los promotores con la Comisión de Patrimonio del Ayuntamiento de Gijón. No estaba incluida, como condicionante de recuperación, entre las obligaciones de la reforma, "pero el Ayuntamiento valoró muy positivamente que lo planteáramos, y más aún con el respeto hacia el edificio que nos ha movido en todo momento en esta obra. Es un edificio magnífico y singular de Gijón, y así queríamos que siguiera siendo, adaptado a las necesidades actuales de una vivienda moderna", explicó Ferreira. El edificio, dividido en diez viviendas y bajos comerciales, tiene todas las propiedades configuradas como de alto standing y ya vendidas, y cuando se entregue -algo que se calcula que ocurra en poco más de dos meses- será uno de los edificios más eficientes energéticamente de cuantos se hayan construido en Asturias. Incluso se le han añadido singularidades tales como el hecho de que cada vivienda dispondrá en la planta baja de una bicicleta eléctrica en propiedad, para su uso en la ciudad. Ideas nuevas para proyectos con esencia.

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