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Directo Al Corazón

"Gijón era una ciudad deslavazada y va recuperando el orden arquitectónico"

"Estuve en el jurado de las soluciones para el Muro y era un problema difícil: había variedad de propuestas, pero todas complicadas y costosas"

Pedro Fernández Guerrero. MARCOS LEÓN

Acaba de formar parte el jurado que elige al Alumno Distinguido del Instituto Jovellanos, y pensamos que dicho título podría haber caído sobre sí mismo. Es sólo cuestión de tiempo. Pedro Fernández Guerrero es un hombre afable, de risa fácil. Tiene el alma repartida entre Argentina y Asturias; hablamos de cementerios y tumbas, aquel de La Chacarita, donde reposa Carlos Gardel, y el de La Recoleta, última morada de Evita Perón. Ambos pusimos un cigarrillo entre los dedos del tanguista, de tal modo que parecía estar vivo.

- Dígame quien es.

-Nací en Rosario, Argentina, (4 de junio de 1957), acabo de cumplir 60 años. Mis padres eran asturianos y en el 68 volvimos a España, concretamente a Gijón. Me considero un tímido reformado, sociable, realista y positivo. Soy trabajador y muy disciplinado. Felizmente casado, tengo dos hijos, ambos arquitectos.

- Malos tiempos corren para la profesión?

-Cierto, pero afortunadamente ellos han tenido suerte, los dos se quedaron a trabajar en Madrid.

- ¿Usted, de pequeño tuvo un Lego?

-Sí, pero ya de adolescente. De niño jugaba a indios y vaqueros, y tuve una arquitectura de aquellas de piezas grandes de madera. Siempre quise ser arquitecto, aunque no había ninguno en la familia; sólo sé que mi abuelo trabajó en la construcción de la Iglesiona. Hice el Bachilller en el Instituto Jovellanos y la carrera en Valladolid.

- ¿Cómo fue su trayectoria laboral?

-Me quedé en Gijón y junto con un compañero montamos un estudio que duró once años. Nos iba bien. Al mismo tiempo yo daba clases de diseño gráfico, y un día, por una casualidad me llamaron de Ordenación del Territorio. No lo dudé; era una buena oportunidad, ya que en el 92 había una crisis en la construcción. De ahí pasé a la Comisión de Urbanismo, (CUOTA), y luego a Patrimonio. En ese tiempo arreglamos las sedes del Principado en Bruselas y en Madrid, construimos el pabellón del Principado en la Feria de Muestras, y el Laboratorio de Thyssen junto a la Laboral. En 2001 pasé a Vivienda hasta 2013, y actualmente estoy en Educación y Cultura.

- ¿Qué tiene que ver la Educación con la Arquitectura?

-Cultura tiene más de 400 edificios, entre colegios e institutos, y otros dedicados a diferentes estudios, de los que somos responsables de su gestión y el análisis de sus necesidades. En este momento nos estamos ocupando de la ampliación del colegio Alfonso Camín en Roces.

- ¿La Arquitectura en una ciencia en continua evolución?

-Sí, como todo lo creativo. Evoluciona la tecnología? Por ejemplo, el proyecto del Museo Guggenheim de Bilbao lo calcularon con los programas de los tratamientos de estructura de los aviones. Aparecen muchos materiales nuevos, mientras se conservan otros y algunos los abandonamos, como el adobe.

- ¿Y las ideas?

-También. Buscamos proyectos más convertibles y sostenibles, con menor impacto y menor consumo de energía.

- ¿No falta un ordenamiento arquitectónico en Asturias, adecuado a la tradición, cuyos elementos fueran piedra, madera, cal y teja? Hay zonas de chalets que parecen un muestrario.

-Creo que tiene que haber equilibrio. Lo que antes era sostenible, al utilizar los materiales del lugar, hoy ya no lo es. En el siglo XXI tenemos que trabajar con los materiales disponibles.

- Y al final es una anarquía?

-Es cuestión de sensibilidad y de conocimiento. Nos caracteriza el intento de individualidad, de ser distintos, también al hacer tu casa. Pero sí, la zona rural habría que cuidarla.

- ¿Ha votado usted distinto, en el jurado para designar al Alumno Distinguido del Instituto Jovellanos?

-Eran cuatro candidatos y se eligió a Esteban Fernández Rico, decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Asturias. Entre los cuatro había un compañero mío.

- ¿Quién es la estrella, actualmente en Arquitectura?

-A mí me gusta mucho el catalán Carlos Ferrater, y otro de Madrid, Emilio Tuñón. De Argentina me quedo con Amancio Williams, el creador de la Casa sobre el Arroyo, del Mar de Plata; la diseñó para su padre que era director de orquesta. De los pasados me gusta Joaquín Vaquero Palacios.

- ¿Viaja usted con frecuencia a Argentina?

-Sí, tengo familia en Mar de Plata, en Buenos Aires y en Santa Fe. Pero me sorprende la cantidad de asturianos que hay en Río Gallegos.

- ¿Cuál es el colmo de un arquitecto?

-Hacer su propia casa. Como los médicos que se curan a sí mismos.

- ¿Y su sueño?

-Acabar mi vida laboral haciendo fotocopias en Gijón. Que es como no hacer nada, pero me permitiría mucha tranquilidad.

- ¿Qué obra le hubiera gustado firmar?

-Sin duda, el Panteón de Roma. Es del siglo II, mandado construir por el emperador Adriano, sobre las ruinas del templo de Agripa. Es una belleza y se conserva intacto. No se sabe con certeza quién fue su arquitecto, pero se sospecha de Apolodoro de Damasco.

- ¿Que opina de Gijón desde la visión arquitectónica?

-Que hemos mejorado ostensiblemente. Éramos una ciudad deslavazada y recuperamos el orden.

- Pese a las sombras del Muro?

-Ése es un problema difícil de resolver. Estuve en el jurado del Muro, y había mucha variedad de soluciones, pero todas complicadas y costosas.

- ¿Su trabajo en la Consejería es fácil?

-No, estamos en una situación económicamente difícil y es complicado tomar decisiones. Esto nos lleva a trabajar en equipo; es la base del éxito, porque nos adecuamos a las necesidades. Yo soy individualista, pero sólo creo en el trabajo en equipo como el único que da resultados.

- ¿Tiene tiempo para hacer deporte?

-De joven jugué al voleibol. Ahora hago algo de ejercicio de vez en cuando. Como espectador soy del Sporting y del Rosario Central. Incluso conozco a Ángel Landucci, que jugó aquí entre los años 73 y 77, es amigo mío.

- ¿Y sus hobbies?

-Leer y leer. De todo. He sido alumno de Sara Suarez Solís. Y viajar, pero esto le gusta a todo el mundo. Decía Umberto Eco: "Léelo todo y no te creas nada".

- ¿Quién ha sido su maestro?

-En el Jovellanos, Alejandro Mieres: en la carrera nadie, y en la vida mi padre.

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