"Lo niego todo", dice Joaquín Sabina en su nuevo álbum, "incluso la verdad". Como verdad es, aunque se le pudiera pasar por las canas negarlo, que entre el maestro del bombín y Gijón existe una relación especial en la que, igual que las relaciones de pareja duraderas e intensas, hay algún gatillazo que apuntar pero sobre todo mucho cariño. Y esa historia esta noche vivirá un nuevo capítulo.

El patio de la Laboral acogerá, a partir de las 22.00 horas de hoy un nuevo concierto gijonés de Sabina, en un año especial para el jienense. Hace poco más de un mes cumplió uno de sus sueños, de esos innombrables por si se esfuman, el de cantar en el Royal Albert Hall de Londres. Y de un sueño, a una quimera, la de convertirse en hijo predilecto de su pueblo natal, Úbeda, donde comenzó esta gira española que ya le llevó a casi una decena de escenarios patrios, precedidos por el éxito cosechado en México, sumando más de 160.000 entradas vendidas. Para el ubetense, el reconocimiento de su tierra fue "una herida generosamente curada".

De lo onírico, a los clásicos. Sabina cuelga el "no hay billetes" en casi cada concierto que da, como no se descarta que haga esta noche, con más de 6.000 entradas vendidas -ayer- de las 7.000 que constituyen el aforo del patio del magno edificio gijonés. En Madrid, a punto estuvo de salir a hombros, emulando a los toreros que tanto le inspiran, tras cuatro noches de éxito en el Wizink Centre, paso previo a desembarcar en Gijón, una ciudad en la que no es toricantano, tras dar más de una vuelta al ruedo, sin traje de luces, bombín calado y sonrisa perenne.

En el patio de la Laboral presentará su nuevo trabajo, "Lo niego todo", un disco en el que busca reinventarse de la mano de Leiva, productor del disco y compañero de micro en el tema "Por delicadeza", la misma que tuvo para no perder la esencia sabinista de flaco y calavera, tabaco negro y voz ronca, sentimiento y más sentimiento en letras y sonidos.

"Superviviente sí, maldita sea", clama orgulloso en su disco en el que, una vez más, puede vacilar de que "viví para cantarlo". Igual que entonará esta noche, si nada lo impide, los éxitos nuevos, además de hacer un repaso breve pero intenso a su interminable producción musical, la misma que marca la vida de generaciones enteras de españoles que se identifican con sus canciones, que ya forman parte del imaginario público. Porque para escuchar a Sabina, y más aun en directo, sobran los motivos.