Acostumbrados a un mundo editorial en el que todas las temporadas aparecen jovencísimos autores con una obra maestra, empieza a resultar singular que alguien con sesenta y tres años cumplidos presente su primera novela. Es el caso del catedrático de Filosofía Juan Muñoz González, director durante años del gijonés Instituto Jovellanos, que comparecerá mañana en el Centro Antiguo Instituto, acompañado por el poeta Francisco Álvarez Velasco, con "El color de la tormenta". Una narración con hilo de historia negra que lleva al lector, dirigida la pesquisa por una joven magistrada riosellana, del litoral asturiano al Alto Aragón. "Es posible que haya nuevas entregas protagonizadas por esa jueza, Lucía", dice el escritor.
"Es una novela negra con incursiones en el mundo rural asturiano y en el de los Pirineos", explica Muñoz. Es un reflexivo aficionado a un género (el relato policial o de detectives) en el que ha frecuentado a autores tan disímiles como Agatha Christie, Manuel Vázquez Montalbán, Stieg Larsson o Henning Mankell. "Me gusta beber de la realidad y mi historia es rural, no urbana; aquí el móvil no es el tópico y típico", indica. No adelanta, por supuesto, las claves del relato. Tampoco quién es el asesino. "Ribadesella está muy presente, el mundo del Cantábrico y el de la pesca tradicional que agoniza", concede el autor.
Juan Muñoz nació en Nueva de Llanes (1953) y fue primer teniente de alcalde en Ribadesella en los iniciales gobiernos democráticos municipales. Durante más de treinta años enseñó Filosofía en Gijón. Ahora está jubilado. El año pasado publicó un interesante libro de memorias, "Ahora que me acuerdo" (Impronta). Ha dirigido revistas culturales y "Resaca de domingo", programa semanal de RNE. Aunque publicó algunos cuentos en su etapa de docente, confiesa que las clases le consumían casi todo su tiempo. Así que aprovecha ahora la jubilación y los paisajes de Tereñes para escribir largo.
"Me cuesta hacer muchas cosas a la vez y necesito las mañanas para escribir", señala. Ha dedicado año y medio a "El color de la tormenta", novela contada desde la primera y la tercera personas del singular. "Sí, es posible que haya más entregas de la jueza Lucía", insiste, antes de encadenar: esperaré al otoño; me gusta escribir con la caída de la hoja". No falta tanto.
