Disfrutaba de un agradable momento de asueto, mientras estaba comiendo en una pizzería de la zona de Fomento, cuando, de pronto, se acercó un repartidor de cupones de la ONCE que le ofreció suerte. Eran las tres de la tarde. Tras una discreta declinación del ofrecimiento, el lotero prosiguió insistiendo y todo se torció. La reacción del comensal cogió por sorpresa al resto de clientes del establecimiento que se quedaron perplejos al ver cómo la emprendió a puñetazos contra el vendedor, de 62 años, sin mediar palabra alguna. Ahora se enfrenta a dos años de cárcel que le reclama la Fiscalía por un delito de lesiones y a tres años de prisión que pide la acusación particular.

Los hechos ocurrieron el pasado 12 de marzo y llegarán ante la magistrada del Juzgado de lo Penal número 3 de Gijón el próximo mes de noviembre. Según el relato del Ministerio Fiscal, el acusado estaba comiendo en una pizzería de la calle Muelle de Oriente. Todo se desarrollaba con normalidad hasta que se acercó un vendedor de cupones para preguntarle si quería comprar. "Al considerar el acusado molesta la insistencia en la venta, con intención de menoscabar su integridad física, reaccionó propinándole puñetazos, uno de ellos en el hombro y otro en la cara, que provocó su caída al suelo y lesiones que requirieron de asistencia médica en el servicio del Sespa por valor de 56,98 euros, reclamados en este proceso judicial.

Las lesiones que sufrió el vendedor fruto de los puñetazos consistieron en un traumatismo nasal con hemorragia nasal, una contusión en labio inferior y contusiones en dorso torácico, que precisaron asistencia media consistente en Aines (Antiinflamatorios no esteroideos), y tratamiento ulterior de fisioterapia. Estas lesiones requirieron para su curación de 27 días en los que el denunciante permaneció imposibilitado para sus ocupaciones habituales. Es por ello que el lotero reclama que se condene a su agresor a tres años de prisión, 2.500 euros de indemnización por las lesiones y otros 888 euros por lucro cesante.

Las pretensiones de la Fiscalía son inferiores y pide para el procesado dos años de cárcel e indemnización de 1.620 euros además de las costas y el pago al Sespa. Además, reconoce que el acusado, sin ningún tipo de antecedentes penales, estaba diagnosticado de trastorno de personalidad en el momento de los hechos pero que "era plenamente conocedor y consciente de la conducta realizada" sostiene la Fiscalía, amparada en el informe médico forense.

La defensa del acusado, que reconoce el delito de lesiones, confía en que su cliente sea condenado a tres meses de prisión o multa de seis meses. La vista oral está programada para el 6 de noviembre.