Investigación, presupuesto y reparto masivo de trampas eléctricas. Son las tres demandas de los apicultores ante la proliferación de la "Vespa velutina", la avispa asiática que está causando verdaderos estragos entre los productores de miel en el norte de España. Por eso ayer y ante la extensión de un problema que amenaza seriamente a las colmenas asturianas la Asociación Galega de Apicultores (AGA) mantuvo un encuentro informativo con los productores regionales en el que avanzaron algunas de sus líneas de trabajo.

En la reunión, celebrada en el Jardín Botánico gijonés, se puso de manifiesto la necesidad de realizar trampeos "masivos", con el fin de erradicar las colonias de avispones asiáticos porque "está demostrado que se mueven, con lo que la medida sólo será efectiva si se lleva a cabo de forma intensiva.

Las trampas que ayer presentaron Laura García y Fernando Cores, de la asociación gallega, se han revelado como "muy eficaces", porque consiguen "algo fundamental". A través de "arpas" tejidas con cables metálicos y con una placa eléctrica conectada a la red de suministro, a placas solares o a baterías se consigue atrapar a las avispas cuando atacan a las abejas de las colmenas. "Les da una descarga eléctrica que las deja atontadas y no las mata inmediatamente, sino que deja tiempo para que envíen una señal a sus compañeras de que esa colmena es peligrosa" explica Cores. Luego, las avispas "se ahogan en barreños con agua colocados debajo", pero antes se habrá logrado "un efecto disuasorio", razonan los apicultores gallegos que han probado las trampas.

Quienes las han instalado han constatado cómo "las colmenas de abejas empezaban a trabajar de forma inmediata". Por eso el gobierno gallego repartió el año pasado 10.000 trampas. "Necesitamos al menos 50.000", señala Laura García, quien reclama presupuesto para investigación porque "apostamos por la lucha biológica, desde los organismos públicos y con respeto al medio ambiente". También reclaman los productores gallegos de miel una representación efectiva en la comisión de seguimiento del problema en la Xunta, porque "somos quienes mejor conocemos el problema".

Los apicultores han diseñado un arpa que se puede construir en casa, de forma sencilla y con poco dinero. "Con unos 35 euros se puede hacer de forma casera". Para ello ofrecen las instrucciones en su página web, e incluso las fabrican bajo pedido para atajar una plaga que llega volando.