La "Shoá" y la bomba atómica pusieron a la humanidad frente al espejo de su potencia maligna, de su capacidad de exterminio y devastación. Historia del siglo XX, pero como si hubiera sido escrita por un copista apocalíptico del libro de San Juan. Historia imprescriptible. Y, sin embargo, historia que puede repetirse. Así lo cree, por ejemplo, el filósofo Reyes Mate: "Hoy, como ayer, seguimos enganchados a la misma lógica letal". Una de las frases que puede leer el visitante de la exposición "Pensad que esto ha sucedido: lecciones del Holocausto", que se inauguró ayer en el Centro Antiguo Instituto.

Testimonio rotundo contra la barbarie, contra el permanente riesgo de barbarie, y también "lección histórica que no debemos olvidar", según aseguró Casimiro Rodríguez Fernández. Profesor jubilado, es uno de los activos componentes del Grupo Eleuterio Quintanilla. Este colectivo, vinculado al Ateneo Obrero, ha dedicado dos años de investigación a unir los complejos hilos de una muestra -también tiene algo de ofrenda- en la que se trenzan imágenes y palabras. Es una exposición que ha tenido recorrido desde 2007 por colegios y asociaciones, pero que sigue explicando con contundencia cómo una sociedad altamente civilizada, la Alemania de la tercera década del siglo XX, es capaz de alimentar y entronizar al monstruo.

"Hubo muchas complicidades", relató Casimiro Rodríguez: empresarios, militares, falsificadores de la verdad, oportunistas y hasta quien ocupaba el pináculo de la pirámide institucional, Hindenburg. Hay que recordar un dato para la reflexión: el 44 de los alemanes con derecho a sufragio votó por Hitler en las elecciones de 1933. La exposición cuenta en quince paneles la espiral de infamia que condujo a Auschwitz, a la llamada "solución final" que los nazis ejecutaron a partir de 1942. Seis millones de judios asesinados, pero también muchas otras víctimas: disidentes políticos, homosexuales, gitanos, discapacitados físicos o mentales... La vesania de la muerte en nombre de la pureza de la raza y otros desatinos. Casimiro Rodríguez recordó que "Pensad que esto ha sucedido" surgió frente al revisionismo, el negacionismo y la tentación de la amnesia: "No podemos permanecer impasibles". Y contra la "música banal", David Roldán tocó en su viola composiciones de Paul? Hindemith. Para los nazis, otro degenerado.